𝐿𝑒𝑡 𝑚𝑒 𝑏𝑎𝑐𝑘

XXXVI

Al caer el oficial, Changbin me dio un beso.

— Bien, es hora Lixie. — dijo levantándose y tomando sin ninguna protección a Woojin, finalmente, ya sabían quién era el que había cometido todos los crimines.
Íbamos a llevar a Woojin al bosque donde estaba la otra casa, allí cambiaríamos nuestras ropas, tomaríamos las maletas y huiriamos a México.

Cómo pudimos, lo subimos al auto.
Cabe resaltar que únicamente estaba dormido, yo iba vigilando que no se despertará antes de llegar al lugar.
Tras unos largos minutos de viaje; llegamos a el lugar, Changbin me pasó la cuerda para ponerla en el cuello de el hombre, y así lo hice, bajamos a Woojin, lanzamos la cuerda por una rama y comenzamos a tirar de ella, enrolladola en el tronco de el árbol, cuando Woojin estuvo demasiado alto, emprendimos el camino a la casa.
Estábamos a unos metros, cuando Changbin se tiró al piso.
Llevándome con él.

— Corre— me susurró dándome las llaves de el auto — No pares, te alcanzaré, debo hacer algo antes.

— Podemos hacerlo juntos... — le dije, pero el solo besó mi boca.

— Corre.

Me levanté y comencé a correr hacia el auto, rodearé todo hasta la casa.
Estaba corriendo por el bosque, cuando llegué al lugar donde estaba Woojin colgado; él no estaba ahí.

Me frené en seco, solamente podía pensar en Binnie, seguramente él sabía que nos habían seguido, y él quería que huyera, ¿no dijo qué estaríamos juntos siempre?

Yo se lo juré, debo estar con él.

Corrí de vuelta, estaba a unos metros, cuando vi a Lee MinHo apuntando a Changbin con un arma.

— No te muevas, estas detenido — gritó el pelinegro mientras apuntaba a Changbin.

Mi plan era escabullirme por detrás y tumbarlo, para que Changbin tomará el arma y lo matara a él.
Para poder huir juntos como lo íbamos a hacer en un inicio.

Comencé a caminar escondido entre la maleza.
Changbin me vio.

— Seré libre — sé que me decía a mi que yo iba a ser libre.

Changbin comenzó a correr hacia el policía, sin miedo alguno.

Un estruendo se escuchó.
Y sólo pude ver a mi hombre caer al piso.

Quería correr a él, abrazarlo, estar con él hasta el último momento. Pero, si lo hacía, quedaría como su cómplice, y yo iría a prisión, lo que implicaría que jamás podría ser libre como él lo dijo.

Me quedé estático en la maleza, lloraba en voz baja.
Cuando vi que llegaron los forenses reaccioné, debía salir de allí.
Comencé a moverme rápidamente, entré a la casa, estoy rogando porque no haya muerto.

Una vez en la casa, subí en la oscuridad hasta el último piso, dónde me encerré en la última habitación.
Aquella donde una vez fui completamente de él.

Aquella donde los recuerdos lo mantenían vivo y a mi lado.

[...]

Pasaron unos días en los que estuve allí encerrado en ese cuarto.
Únicamente estaba llorando ahí.

De pronto, el sonido de las personas llenar la casa era claro.
Empezaron a buscar en las casas de Changbin, seguramente ya habían revisado la otra.
Y ahora estaban aquí.
Un oficial entró, pateando la puerta, me asuste un poco.
Debía fingir que no lo amaba, para que me dejaran en libertad.

— No Binnie, te haz ido unos días, y llegas solo a golpearme — comencé a llorar, no por el hecho de que él me haya golpeado, si no por el hecho de hablar de él, lo extraño mucho, y solo son un par de días de la eternidad que me falta estar sin él.

— Tranquilo, somos oficiales, él no te hará más daño — dijo el oficial acercándose a mí —Soy Hwang Hyunjin, ¿y tú?

— Lee, Lee Felix, ¿dónde está él? — le pregunté fingiendo miedo en mi voz.

— Posiblemente el oficial Kim este terminando con su velorio, él ha muerto. Jamás te lastimará de nuevo.