Evitar una tragedia

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Jack

—Necesito que lo rastrees —comuniqué por teléfono —Salió hace... —bajé mi mirada para ver mi reloj —una hora.

Trataré de hallarlo, aunque no será tan fácil. Ese sujeto es muy hábil para esconderse de las cámaras —respondió Gogo en la otra línea —¿Estás seguro que quieres verlo?

Claro que sí. No me voy a quedar con las ganas de atravesarle una bala en el cráneo —apreté mi puño imaginándome el momento.

Se escapó de mí la oportunidad de destrozarlo, todo por Elsa, por no arruinar lo nuestro. Sin embargo, nada me saca de la mente el deseo de enfrentarme a Eugene, solo que esta vez ella no estará en el medio para salvarlo. Me encargaré de que no se le ocurra inmiscuirse en mis problemas, la amo, pero me enoja mucho que quiera defender a ese imbécil. Todo hubiera salido de maravilla si ella no se hubiera atravesado en medio de los dos.

Amigo mío, la venganza no te lleva a ningún lado —mencionó como reflexión.

—Suenas como ella —solté un bufido.

—¿Cómo la asesina? No lo creo —respondió.

—Como sea, escribeme cuando tengas su dirección —le pedí —Gogo, tú no me vayas a fallar. Confío solo en ti para hacer esto, significa mucho para mí que hayas decidido ayudarme.

Es una locura, pero te he patrocinado peores, como relacionarte con esa mujer. Espero no sea ella quien te haya inducido a matarlo. Pues, lo digo por lo que es... Una asesina —no perdió la oportunidad de ofenderla.

Gogo hasta el momento ha guardado el secreto de mi relación con Elsa. Tuve que rogarle y explicarle que yo la amaba para que no le dijera a nadie. Mi tío no está en la ciudad, pero puede volver en cualquier instante y arruinar lo que hemos logrado en tan poco tiempo.

—¿Crees que estaría de acuerdo con que mate a su amigo? —pregunté.

Mmm, no. Entonces ¿qué harás con ella?

Eso dejamelo a mí —afirmé —Estaremos en contacto —finalicé la llamada.

Guardé mi celular en mi bolsillo y detuve mi mirada en el espejo del baño, tuve que esconderme allí para que no se enterara de mis planes, por ahora permanece dormida sobre la cama. Observo mi reflejo en el vidrio, allí no está el buen Jack que perdona y olvida, no, ese es el Jack que no puede soportar que quien le causó tanto dolor siga con vida deambulando por las calles, libre.

Por mas que me digan que está mal matarlo, no me importa, a ellas no le mataron a un ser querido de la peor forma. Elsa y Gogo no comprenden que llevo meses queriendo vengar la muerte de Tooth y que no he podido dormir tranquilo pensando en que perdió la vida en manos de un cabrón y que no pude hacer nada por ella.

Lavo mi rostro y respiro profundo. Contego las ganas de romper algo y de gritar, por no demostrar lo que de verdad siento. Finguir por una hora con Elsa fue fácil, porque no la quería perder, pero esto era más fuerte que yo.

Salí del baño y me topé con que había despertado. Su mirada azul se posó en mí y solo se me ocurrió sonreír, aunque para mí lo mejor era que ella se quedara dormida y no usar otros métodos para dejarla aquí, sin embargo, el plan ha tomado un giro.

—¿No puedes dormir? —pregunté y me senté a su lado. Dejé mi celular sobre la mesa por si Gogo me escribía pronto.

—Me duele todo el cuerpo —se reincorporó con algo de dificultadad.

—Ya tomaste tu medicamento ¿verdad? —ella negó con la mirada —Els, debes hacerlo o no podrás dejar de sentir dolor —acaricié su mejilla con mi dedo.

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora