Sin sentimientos

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Jack me mintió cuando me dijo que solo eran un par de días sin vernos. Han pasado más de los que él mencionó.

He tratado de hablar con él; lo he llamado varias veces por teléfono, le escribí mensajes, lo busqué en el trabajo, y por ningún lado pude verlo. Mantenía el celular apagado, no volvió a la comandancia, y nadie me ha querido dar noticias de él; es como si se lo hubiera tragado la tierra o peor aún, la depresión.

No he podido dormir desde ese día que le conté la verdad. Vivo día y noche pensando en él y en cómo debe estar sintiéndose ahora. Lo imagino encerrado, llorando, entristecido, solo. Eso me duele en el alma y aún más el hecho de que mañana es mi juicio.

Se completaron los dos meses de libertad y es mi momento de enfrentar a la ley en un juzgado. Presentarán los cargos de los que me acusan y el juez establecerá cuántos años de cárcel debo pagar. No sé si me puedan reducir la condena, la verdad es que no hice mucho para atrapar a Pitch Black, entonces lo más probable es que tengo que pasar los veinte años encerrada, sin mi familia y sin Jack.

Hoy me he levantado de la cama con la clara intensión de ir a verlo a su casa. Y estoy dispuesta a plantarme en la entrada hasta que decida abrirme. Necesito despedirme antes de ser detenida por la policía.

Toco la puerta con algo de ansiedad. Este día está a punto de terminar y es el último que tengo de libertad.

Pasaron unos minutos hasta que alguien por fin me abrió, esta vez no fue la pequeña Emma sino su madre. Me da un poco de vergüenza volver a verla después de que la última vez que estuve aquí salí corriendo por la puerta y ni siquiera me despedí de ella.

—Elsa, hola —habló, tranquila —Pasa.

Me sorprendió que me dejara seguir sin preguntarme para qué. Sin embargo, avancé con lentitud hasta poder adentrarme en su hogar. Me dijo que me sentara y me ofreció un café. Fue extrañamente amable.

—Yo, quería saber cómo sigue su hijo, Sarah —comenté.

La castaña dejó una taza humeante sobre la mesa de centro y se sentó en un sillón frente a mí.

—Pues —dudó —No quiere ver a nadie, no recibe alimento y permaneció encerrado en el cuarto. Para ser sincera, nunca lo había visto tan apartado de nosotras.

Un deje de tristeza me dejaron ver sus ojos, me sentí culpable por su incertidumbre, en parte es mi culpa que él esté así.

—¿Puedo verlo? —pedí.

—No, salió y no dijo para dónde. Solo dijo que necesitaba penser, en un lugar donde nadie lo moleste —me hizo saber.

Conozco un lugar donde cualquier persona pude ir a pensar sin ser interrumpido. Espero que esté allí y podamos hablar —solo si él lo desea —.

Bebí un sorbo de café y me levanté de la silla. No podía perder más tiempo, porque precisamente él está en mi contra.

—Voy a buscarlo —anuncié.

—Pero antes que vayas necesito hacerte saber una cosa —mencionó con un tono bajo y algo frío.

—Te escucho —volví a mi puesto.

—Elsa, el día que estuviste aquí, oí tus gritos y los de Jack —desvié la mirada, apenada —Me acerqué a la puerta y entendí de qué estaban hablando.

Levanté la mirada y me detuve en sus ojos. Si ella escuchó todo entonces sabe lo de... Aster.

—Disculpa, yo... No quería hacer un escándalo en tu casa. Jack y yo discutimos por...

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora