Era mi prueba

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Jack

Permanezco escondido tras algunos autos en espera de ver salir al malnacido Eugene Fitzherber. Gogo me aseguró que estaría por aquí y me da mucha ira ver que puede venir a un lugar tan público como este, sin remordimientos de conciencia y sin que nadie lo detenga.

Llevo un par de minutos esperando que salga del restaurante. Sostengo el revólver entre mis manos y cargó la primera bala, con una bastará para terminar con él, solo tengo que ser paciente.

Veo dos siluetas salir del establecimiento. En primer lugar apareció una mujer rubia que se me hizo bastante conocida y a su lado el castaño. Ambos se acercaron a un auto gris, rogué para que ese estúpido no se escapara. Ellos permanecieron allí... Charlando solamente.

La chica giró su cabeza hacia donde yo estaba y mis ojos se abrieron como platos al reconocer un par de ojos verdes. Aquella mujer era sin lugar a dudas Rapunzel Corona, pero ¿qué demonios hacía con ese criminal? Fue ese molesto castaño quien se involucró en su captura —Elsa me lo hizo saber hace rato —Ella no debía estar junto a él. Sin embargo, me aguantaré las ganas de enfrentarla porque el problema no es con ella y tampoco quiero que interfiera como lo hizo Elsa.

Agudicé mi oído para intentar escuchar su conversación, pero solo alcanzaba a escuchar vagas frases.

—... Y gracias por esta cena —oí la voz de mi amiga.

Mi ceño se frunció cuando vi que depositó un beso en la mejilla del asesino. Pero, me enfureció más ver la cara de idiota que tenía él. No entiendo qué sucede entre ellos, ni el por qué de que Rapunzel lo trate tan bien después de que la secuestró. Está loca o sufre del síndrome de estocolmo, puede ser esto último. Pero de tantos criminales de los que podía enamorar, escogió al que más aborrezco.

—Me encanta charlar con una persona tan hermosa como tú y agradezco que no me odies —sostuvo su mano y depositó un beso allí.

—La verdad —bajó la mirada —Es que no puedo, tú fuiste el único que no me trató mal en mi encierro.

Qué tonta.

¿Por qué enamorarse de una persona como él, un asesino? Aunque... Yo también me enamoré de una asesina, sin embargo no puedo sentir empatía por su relación. Lo de Elsa y yo es diferente porque ella no me secuestró, casi me mata, pero no me dejó en cautiverio.

Observo cada detalle de la situación, cada movimiento de Eugene, cada sonrisa de Rapunzel y cada vez me da más coraje verlos juntos, mi amiga no merecía a ese hombre.

Los minutos trascurrieron hasta que por fin la rubia se despidió con un beso y se subió al auto gris, pero sin Eugene. Él se quedó fuera y se despidió con la mano y una sonrisa tonta en su boca.

¿Por qué ella no lo demandó?

Dejé a un lado mis reproches hacia ella y me fijé en como se perdía su auto en las calles de la ciudad. Mi objetivo quedó solo y a mi merced. Caminó por la calle sonriente y feliz. Esperé que se alejara para salir de mi escondite y seguirlo a su espalda.

Caminamos unos cuantos metros hasta que un lugar poco transitado decidí hacerme sentir. Me tiré hacia él y coloqué un brazo sobre su garganta, mientras que con la otra mano colocaba en su espalda el cañón del revólver.

—¿Qué tal, amigo? —susurré.

—¿Qué pretendes, Jack? —preguntó e intentó librarse, pero hice presión sobre su cuello.

—Pues, la verdad solo venía porque quería que mi novia vea, donde quiera que esté, que si voy a vengar su muerte —contesté sin rodeos.

—Ja... Jack —dijo con la voz entrecortada gracias a que no podía casi respirar —Eso tiene explicación, no... no lo hice adrede.

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora