Matías se levantó y se puso de pies a mi lado. Esos hombres se acercaron a Matías y empezaron a cogerlo por los brazos y llevárselo hacia el furgón.
-¡Matías! Déjenlo en paz. -Los hombres seguían llevándoselo por la fuerza, no hablaban.
-¡Camila vete! -Empecé a gritar y a llorar, se lo estaban llevando. Ya habían cerrado las puertas. No pueden dejarme aquí sola y llevándoselo a la fuerza. Me tiré de la silla de ruedas se que mucho no puedo hacer pero hay que intentarlo. El golpe fue duro, de tal manera que al principio no podía ver bien. Me empezó a doler todo. El furgón arrancó y se fueron.
Grité como una loca, empecé a golpear el suelo con la mano izquierda. No me lo pueden quitar ahora que todo empezaba a ir bien, me niego a que sea así. No podía parar de gritar ojalá todo esto fuese un sueño.
De repente llegó una chica que se tiró a mi lado y empezó a tranquilizarme.
-Llama a Luis. -Le tendí mi móvil y seguí llorando tirada en el suelo, quiero que me devuelvan a Matías y más ahora sabiendo que se preocupa por mí y me ha salvado.
.......Después de seis horas.......
Aquí estoy sentada en la cocina con Abigail y Luis. Luis llegó lo más rápido que pudo. Me puso en mi silla y me llevó al hospital. Esa chica se vino con nosotros. En el hospital me cambiaron ambas escayolas porque del impacto se rompieron. La mano izquierda la tengo vendada, pero por unos pocos días ya que me hice daño al golpear el suelo.
-Señorita por favor tranquilícese ya nos llamará Matías para contarnos que ha ocurrido. -No puedo parar de llorar, siento como que me falta algo. Seguimos esperando una llamada durante horas pero aquí nadie llamaba. Luis me llevó a mi habitación pero yo no quería dormir. Al rato de estar llorando empecé a gritar, no puede ser que se lo hayan llevado así sin más.
Enseguida vino Abigail y me abrazó.
-Mi niña nosotros te protegeremos, no te preocupes por nada de verdad. -La abracé lo más fuerte que pude.
-Abigail por favor duerme conmigo, no me dejes sola, tengo mucho miedo. -Ella asintió y se tumbó a mi lado.
-Me desperté y vi que Abigail ya no estaba a mi lado. -Enseguida llamé a Luis.
-Luis ¿Ya se sabe algo? -Él negó con la cabeza y yo me frustré. Me cogió en brazos y me llevó a la cocina.
-Abigail, ¿Qué hacemos? Yo no puedo seguir así. -Lágrimas y lágrimas recorrieron mis mejillas. El hecho de que me haya contado esa verdad a hecho que le tenga mucho respeto porque en todo momento se a preocupado por mi bien.
-Mi niña por el momento vamos a desayunar y a tranquilizarnos. -Sin ganas asentí. Justo en ese momento llamaron al timbre. Enseguida Luis fue a ver quien era.
-Buenos días Camila, ¿Cómo estás? -Ella es Luna la chica que me salvó ayer, no sé cómo agradecérselo.
-Buenos días Lulu pues sin ganas de nada, pero siéntate desayuna conmigo. -Me dio un abrazo y ambas desayunamos las riquísimas tortitas de Abigail. Al terminar de desayunar le pedí a Lulu que me llevase al parque donde estuve ayer. Son malos recuerdos pero tengo la esperanza de que lo vuelvan a traer o ese furgón vuelva a pasar por ahí.
Por el camino le iba contando como es Matías. Siempre que decía algo sobre él empezaba a llorar. En tan pocos días le cogí mucho cariño.
POV Matías
Justo ahora que por fin me atreví a decirle la verdad a Camila me tiene que ocurrir esto. Me metieron a la fuerza en un furgón enorme. Me taparon la boca y por encima me pusieron un saco para que no pudiese ver nada. Después de algo más de una hora me bajaron de ese furgón.
Caminamos un poco y me amarraron las manos y las piernas con unas cadenas, no entiendo que esta pasando. Al rato me quitaron el saco. Al principio no podía ver bien, pero en cuanto logré enfocar mejor, vi que enfrente de mi estaba Yulian, el mafioso de china.
Le conozco ya que cuando me dedicaba a traficar con droga ahí estaba él, es el mayor comprador y vendedor que existe.
-Bueno bueno, nos volvemos a ver querido Matías. Seré breve y directo. Te e traído aquí porque quiero tu empresa de coches. -¡Qué! Ni loco se la voy a dar, después de mucho esfuerzo y trapicheos ilegales, al fin pude montar esa empresa.
-Ni en tus mejores sueños Yulian. -Él se empezó a reír.
-Matías esto no es si quieres o no, debes hacerlo. -Ahora mismo me están entrando ganas de pegarle.
-Yulian jamás te voy a entregar mi empresa.
-Pues si no es por las buenas será por las malas. -Se acercó a mi y me dio un puñetazo en la mandíbula. Sentí como la sangre empezaba a deslizarse por mi cara, el golpe fue duro pero no renunciaré a mi empresa.
-Yulian puedes seguir que me da igual, mi empresa es mía. -Volvió a golpearme. Después de casi acabar conmigo se fue dando un portazo. Poco a poco mi vista empezó a nublarse hasta que no pude ver nada más.
POV Camila
Ha pasado ya una semana y seguimos sin tener noticias de Matías... Lulu me lleva al parque todas las mañanas al sitio donde empezó todo pero nadie pasa por allí más que parejas...
Esta semana a sido dura, me siento desprotegida, siempre lloro como una loca y Lulu se queda a dormir conmigo todas las noches.
Abigail la pobre mujer ya no sabe que hacer conmigo porque como poco y siempre estoy en mi habitación. Luis siempre esta hablando por teléfono a ver si es posible encontrar a esos desgraciados pero todos nuestros esfuerzos son en vano.
POV Matías
Llevo ya una semana encerrado. Me tienen atado como a un animal, todos los días me golpean y de comer me dan un vaso de agua y u trozo de pan. Ya me e enterado de que quiere mi empresa para que sus negocios no sean tan ilegales y pueda asi tener esa tapadera. Darle a el mi empresa supondría un peligro para todos ya que esta empresa se esta dando a conocer ahora y no tiene nada de ilegal, de echo esta todo muy organizado y estudiado. No puedo entregarla algo que a supuesto mucho sacrificio y esfuerzo para yo quedarme en la miseria.
Yulian se desquicia conmigo todos los días. Después de tantos golpes ya no siento dolor.
Ahora mismo me encantaría poder estar abrazado a Camila como esa última noche que dormimos juntos. Yulian entró interrumpiendo mis pensamientos.
-Bueno Matías ¿Ya has decidido cederme tu empresa? -Negué con la cabeza. Él se acerco más a mi y yo le escupí. Enseguida empezó a darme puñetazos de tal manera que me quede inconsciente. Sus golpes ya no me duelen, me hacen más fuerte.
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Raptada y vendida al mayor mafioso
RandomCamila Jones, joven de 19 años, de estatura media y un cabello castaño liso. Es muy lista y cursa segundo año de Educación Primaria, ama los niños. Su vida transcurría de manera normal hasta que... - ¡Suéltame! - No podía zafarme del agarre de este...