Hoy es mi primer día de las vacaciones de verano, que rápido se me ha pasado este curso; el primer año de universidad es genial, conocí a mis mejores amigas, saqué las mejores notas, fui a todas las fiestas... ¡Qué locura!
-¡Camila baja! -Me puse un vestido rosa palo de tirantes y bajé a ver que quiere mi madre.
-Hola mamá. -Le di un beso en la mejilla y me senté a desayunar.
-Cariño yo tengo que irme a trabajar, cuando acabes tu desayuno ve y haz la compra, la lista esta sobre la mesilla del pasillo, te quiero. -Me dio un beso y se fue. Después de terminar mi bol con cereales, me puse unas sandalias negras cogí la lista y un bolso y fui a hacer la compra.
De camino no podía dejar de pensar en la fiesta de mañana... Va a ser una fiesta a lo grande en casa de Lili una de mis mejores amigas. Me pondré un precioso vestido azul abierto delante y largo por detrás.
Unos llantos me sacaron de mis pensamientos. Cada paso que daba se escuchaba más de cerca. Me acerque a un callejón y escuche que de aquí provenían esos llantos. Me adentré y al fondo entre mucha basura estaba un lindo perro, muy muy chiquito. Me agache para poder cogerlo pero un brazo me detuvo. Me agarro bien fuerte y me giró.
-Hola preciosa vas a venir conmigo. -Antes de mirarle ya estaba gritando pidiendo ayuda.
- ¡Suéltame! – No podía zafarme del agarre de este hombre, cuya cara estaba cubierta por una máscara negra. Es muy corpulento y mucho más alto que yo. Lágrimas y más lágrimas descendían por mis mejillas, no paraba de gritar, tal vez alguien me escuche.
-Cállate niñata, deja de gritar o me veré forzado a lastimar tu lindo cuerpo -Este hombre me da muy mal rollo, pero sigo gritando para que alguien me salve... todos mis gritos eran en vano.
De repente me dio un rodillazo en las costillas y acto seguido tapo mi nariz con un trapo... poco a poco fui cerrando los ojos hasta quedarme completamente dormida.
.................Después de dos horas......................
Poco a poco fui abriendo los ojos. No sé dónde estaba, pero era un sitio frío y oscuro. Tenía la boca tapada y las manos y los pies atados. Mi vestido estaba sucio y me dolía mucho la zona de las costillas.
De repente se oyen pasos y la puerta se abrió.
-Cogerla y prepararla para esta noche, ya sabéis todo lo que tenéis que hacer. -Dos chicas desataron la cuerda de mis pies y me levantaron. Me llevaron a una enorme habitación, donde estaban más chicas. Todas ellas estaban con las manos atadas, la boca tapada y desnudas. Eran bastantes más mayores que yo.
De repente entra un hombre de unos cincuenta años. Todas las chicas se dieron la vuelta para que no las vea desnudas.
-A ver a ver que tenemos aquí. ¡Daros la vuelta! -Todas nos sobresaltamos por su grito, pero ninguna se dio la vuelta. El hombre cabreado fue una por una y las giró bruscamente. Después su mirada se posó en mí.
-Desnudarla. – Las chicas enseguida se acercaron a mi para desabrochar mi vestido, pero yo me resistí. El hombre a ver eso las empujo bruscamente y se quedó enfrente de mí.
- Aquí todos obedecen mis órdenes muñeca pero como veo que te haces la lista, me encargaré yo mismo de hacerlo. -Al decir eso intente gritar pero con la boca tapada no se me escuchaba... lágrimas y más lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.
El hombre se giró y empezó a bajar la cremallera de mi vestido hasta dejarlo caer al suelo. Después me dio la vuelta.
-Bueno veo que esta muñeca tiene buen cuerpo a ver que sigue por aquí... Iba a desabrochar mi sostén, pero de repente se abrió la puerta.
-Jefe tenemos un gran problema. -Por la ropa que llevaba era el chico que me secuestro. No podía mirarlo con más rabia pero gracias a que el haya entrado este imbécil no me a desnudado.
-Muñeca te has salvado, pero ya puedes obedecer todas las órdenes porque ya ves de que soy capaz. -Acarició mi mejilla y se fue. No podía parar de llorar, esto es como vivir en el infierno y todavía ni ha empezado...
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Raptada y vendida al mayor mafioso
AléatoireCamila Jones, joven de 19 años, de estatura media y un cabello castaño liso. Es muy lista y cursa segundo año de Educación Primaria, ama los niños. Su vida transcurría de manera normal hasta que... - ¡Suéltame! - No podía zafarme del agarre de este...