A la mañana siguiente
Me desperté y vi que Matías seguía dormido. Me tumbé de lado y me quedé observándolo, me encanta cada una de sus fracciones. Alguna que otra sonrisa se me escapaba al recordar lo de anoche... Cada día le quiero más.
Al rato se despertó.
-Enana, ¿Porqué me miras así? -Me sonrojé y me tapé con las sábanas. Él empezó a reírse y se metió debajo de las sábanas y me sentó encima de él. -Enana a ver cuando te queda claro que no te tiene que dar vergüenza, que me gustas tal y como eres. -Me acerqué a el y empecé a besarle. Le mordía el labio lentamente y el me agarraba del culo con fuerza.
-Venga vamos a desayunar. -Los dos empezamos a reírnos, pero ya era hora de hacer algo productivo. Primero nos pegamos una buena ducha, esta vez por separado.
Mientras el acababa de ducharse yo me vestí. Hoy me voy a poner un bikini rosa muy sencillo y un vestido playero blanco, con unas sandalias blancas también.
Cuando ya preparé todo fui a ver qué hace Luis, pero nada más salir, ahí le vi en su terracita desayunando.
-Buenos días Luis, ¿Qué tal estas? -El me dedico su linda sonrisa, Luis es como un padre para mi, es tan bueno que me encanta.
-Buenos días señorita, pues aquí se esta realmente bien, esto es el paraíso. -Ambos empezamos a reírnos. Hablamos de temas varios en lo que llegaba Matías. Después de desayunar fuimos los tres a la playa.
Luis y Matías se fueron al agua y yo me quedé tomando el sol. Cuando ya llevaba un rato tomando el sol, sentí un fuerte golpe en la cabeza.
-Perdón, perdón, ¿Estas bien? -Un chico, muy guapo la verdad, me ayudó a sentarme. Me han dado un golpe con un balón de vóley.
-No te preocupes, pero tener más cuidado anda. -Él me sonrió.
-Lo siento mucho se me fue sin querer, venga ven a jugar con nosotros. -No es mala idea, pero que vergüenza.
-Nada ir vosotros. -Me insistió mucho asi que al final decidí ir. Me quite el vestido y fui con el a la pista. -Por cierto soy Mike. -Le di dos besos después de todo.
-Encantada, yo Camila. -Al llegar había 7 chicos y 4 chicas, me presento a todos y empezamos a jugar. Hay dos chicos que son buenísimos, yo en cambio solo di cinco toques al balón.
-¡Camila tuya! -Hay que nervios, este es el punto final... Esperé el balón y......... ¡Le dí! ¡Hemos ganado! Los chicos se acercaron y me abrazaron, después me cogieron en brazos y empezaron a burlarse del otro equipo. En cuanto me bajaron vi a Matías mirarme desde nuestro sitio algo molesto.
-Chicos a sido un placer jugar con vosotros, luego nos vemos. -Les di dos besos a todos y me fui a ver a mi chico celosin.
-Camila, ¿Qué hacías con ellos? -Pues si es algo celoso.
-Cariño solo estaba jugando al vóley. -Él me miró un poco raro y se tumbó sin decirme nada. No pienso dejar que se moleste por esta bobada así que cogí y me senté en sus caderas.
-Camila, estoy tomando el sol, ¿Me dejas? -Me parece mono hasta cuando se pone así. Me agaché y empecé a besarle, al principio se resistía, pero luego me siguió el beso. Colocó las manos en mi culo y me apretaba con fuerza.
-Como vuelvas a enfadarte por una tontería así voy a tener que castigarte, tu verás. -Empezó a mover las cejas de arriba abajo a lo que los dos reímos. Me cogió como un saco de patatas para llevarme al agua.
-¡Matías párate! -El muy malo se reía, pero seguía avanzando. Empecé a darle patadas, pero no me hacía caso.
-¡¡Una, doy y ... tres!! -Me tiró al agua el maldito. Se fue corriendo pero que se prepare que esta se la voy a devolver. Salí e hice como que me tropecé, empecé a llorar y Matías enseguida vino a por mi.
-Princesa ¿Estas bien? Ya esta no llores venga. -En cuanto se agachó para cogerme le tire al suelo y me puse encima de él.
-Aprende a ser bueno querido Mati. -Le di un mordisco en la mejilla y me fui a la tumbona, dejándole ahí tirado en la arena. Cuando llegué me puse mis gafas de sol y los cascos de escuchar música.
Al rato se acercó Matías para decirme que ya es hora de comer. Fuimos al primer restaurante al lado de la playa. Hoy comeremos paella, un plato delicioso desde luego.
Nada más sentarnos Luis se fue porque recibió una llamada, pero le resté importancia.
-Enana había pensado en ir esta tarde de compras si te apetece. -¿Quién dijo compras?!! Amo ir de compras, antes iba con mis amigas una vez a la semana.
-Si si si, te quiero. –Me levanté y le di un abrazo a lo que él empezó a reírse... a veces soy como una niña pequeña, pero me da igual.
Después de comer, Mati y yo fuimos a cambiarnos, esta tarde se la dejamos libre a Luis, pobrecito tiene que estar harto de nosotros.
Mati y yo fuimos a la ducha juntos. El uno al otro nos enjabonábamos, pero sin pasar nada más porque si no, no aprovechamos la tarde.
En cuanto acabamos fuimos a coger un taxi hasta el centro comercial del centro de la ciudad.
-Princesa ¿Qué te quieres comprar? -La verdad es que no necesito nada, cuando llegué a su casa Abigail ya tenía todo comprado.
-Pues es que no se, tengo de todo yo creo. -Empezó a reírse y depositó un suave beso en mi frente.
Cuando llegamos subimos por unas escaleras mecánicas hasta las tiendas, llevó mucho sin ir de compras se me hace raro.
Mientras subíamos al otro lado estaban bajando por las escaleras... ¡No me lo puedo creer! Empecé a llorar, creo que esto es una broma de mal gusto o algo.
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Raptada y vendida al mayor mafioso
RandomCamila Jones, joven de 19 años, de estatura media y un cabello castaño liso. Es muy lista y cursa segundo año de Educación Primaria, ama los niños. Su vida transcurría de manera normal hasta que... - ¡Suéltame! - No podía zafarme del agarre de este...