Capítulo 11

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........Después de un mes y doce días.....

Ya estamos a tres de agosto. Hace cinco días me quitaron la escayola del pie. La del brazo me la quitaron una semana antes. Ya no tengo vendajes ni nada, ahora por fin me siento libre.

Ya a pasado un mes y poco y seguimos sin tener noticias de Matías, yo ya me e echo a la idea de que no volveré a verle.

Lulu se a convertido en una gran amiga mía. Durmió conmigo dos semanas luego ya decidí que debo pasar página y dejar de molestar a los demás con mis tonterías.

Sigo yendo al parque todas las mañanas, sigo teniendo una muy mínima esperanza de encontrarme con esos desgraciados, pero nada, todo sigue igual.

-Mi niña ya te e dejado la cena lista, me tengo que ir ya porque estoy cuidando de mi marido que esta malo. -Abigail me dio un beso y se fue. Esta mujer es muy fuerte, ella a sido la mujer que me a ayudado a sobrellevar toda esta situación.

-Luis ven cena conmigo. -Luis se a encargado de cuidarme como si fuese su hija. Siempre me subía y bajaba de esa horrible silla. Le e cogido mucho cariño, siempre me trata muy bien y se preocupa por mi.

-Muchas gracias señorita. -Los dos comimos nuestras hamburguesas en silencio. Cuando acabamos el se fue a la puerta de entrada a vigilar y yo me dispuse a recoger los platos y vasos.

Al rato llamaron al timbre, pero ni me preocupé porque siempre vienen los chicos de seguridad y a veces no llevan las llaves encima.

Oí como unos pasos se dirigían a la cocina. Me giré para ver quien es, tal vez sea Lulu.

Cuando me giré ahí le vi a él... En la cara tiene arañazos y moratones... El labio partido pero eso no quita de que me emocione por verle después de tanto tiempo.

De la emoción se me cayó el plato y se rompió en mil pedacitos. Es como si el tiempo se detuviese. Corrí como si no hubiese un mañana y me lancé sobre él. Matías me cogió en brazos y yo empecé a llorar sobre su hombro. Me a echo mucha falta, todas las noches soñaba con este momento... ¡Al fin llegó!

-Tranquila pequeña ya estoy aquí. -Me dijo eso y yo lo agarré con más fuerzas, no se imagina lo mucho que le e echado de menos estos días.

POV Matías

Ya a pasado un mes y yo aquí sigo. Yulian no para de pegarme y de tratarme como a una mierda.

Estaba comiendo mi trozo de pan cuando de repente se abre la puerta y veo que entran mis chicos de seguridad. No pude contener mis lágrimas al verles. Ahí estaban José, John e Iker.

Me soltaron de esas horribles cadenas y les di un fuerte abrazo a todos.

-Señor los guardias de aquí están muertos. -Esto quiere decir que Yulian se a escapado. No le di mucha importancia ahora solo quiero llegar a casa, mañana ya me ocuparé de él. Después de una hora llegamos a casa. No sé qué le diré a Camila al verla, alomejor ya se ha olvidado de mi...

Llamé al timbre y ahí estaba Luis. Le indiqué que se calle, le di un fuerte abrazo y me indicó que Camila estaba en la cocina. Así que con todo el miedo del mundo caminé hacia la cocina.

Camila se giró y al verme se le cayó el plato al suelo. Estaba muy sorprendida, esto me llena por dentro.

Corrió hacia a mi y se me lanzó, yo la cogi en brazos. Ella apoyó su cabeza sobre mi hombro y empezó a llorar. Cuanto la echaba de menos... por lo que veo ella también me echo de menos.

POV Camila

Me bajé y me quedé mirándolo muy de cerca. Tenía el labio partido al igual que la ceja... Toda su cara estaba empapada de sangre. Tenía cuatro moratones en la cara, la ropa rota y se le veían varios rasguños.

-Wow Matías como estas... -Yo no sabía que decirle, que le habrán echo esos imbéciles.

-Estoy bien no te preocupes. -Le di otro abrazo más fuerte que el anterior.

-Venga vamos a curarte. -Le cogí de la mano y los dos subimos las escaleras. La verdad no se dónde está el botiquín.

-El botiquín está en mi habitación ven. -Los dos fuimos a su habitación.

-Primero date una ducha. - Me dio un beso en la mejilla y se fue a la ducha. Yo le veo muy mal. No sé cómo ha podido aguantar eso. Creo que ahora mismo estoy muy feliz, de volver a verle y tenerle cerca de mí. Empecé a llorar en silencio, no sé cómo explicar lo que siento ahora mismo, pero se que me a echo mucha falta.

Después de un buen rato Matías salió de la ducha interrumpiendo mis pensamientos. Levanté mi mirada y ahí le vi con una sonrisa. Solo tenía una toalla envuelta a la cintura. Esta muchísimo más delgado... Pero lo que mas me llamaba la atención son sus moratones... Tenia muchos y dos de ellos eran muy grandes.

-Matías... ¿Qué te ha pasado? -Él se sentó enfrente de mí. Yo empecé a curarle esas horribles heridas en lo que él me contaba lo ocurrido.

Cuando acabó de contarme todo lo que esos monstruos le hicieron de di un fuerte abrazo. Los dos nos quedamos abrazados durante varios minutos.

-Camila... ¿Te quedas a dormir conmigo? -La verdad es que ni lo dudé.

-Claro que si, voy a ponerme mi pijama. -Ahora si que estoy más feliz que un niño cuando le llevan al parque a jugar. Me puse mi pijama y fui a la habitación de Matías.

Él también se había puesto su pijama y cuando entré se acercó a mi acorralándome en la esquina.

-Camila te e echado de menos. -Tenía la mirada clavada en la mía, esta situación me pone nerviosa.

-Yo.. eh... -No se que decirle no me sale ninguna palabra.

-Veo que todavía te pongo nerviosa, no me has olvidado. -Enseguida bajé mi cabeza, mi vergüenza me supera en estas situaciones. Como iba a poder olvidarle...

Él me agarró del mentón e hizo que le mirase. Estuvimos mirándonos unos segundos hasta que... Él estampó sus labios contra los míos. No dude en seguir su beso, llevo deseando que llegue este momento desde hace meses.

Me cogió en brazos y me llevó a la cama. Él quedo encima de mi. Seguimos besándonos hasta que nos separamos por falta de aire.

-Camila no sé qué me pasa contigo, pero sé que es algo especial. -Creo que es lo más bonito que me han dicho. Le acerqué de nuevo a mí y le di un beso. La verdad es que besa muy bien lo hace con pasión, pero a la vez con cuidado.

-Matías te e echado mucho de menos... En cuanto te metieron en aquel furgón me tiré de mi silla, no quería perderte después de haberme confesado aquello... Obviamente no pude levantarme... Llegó unca chica le tendí mi móvil para que llamase a Luis. Vino y me llevó al hospital... Me cambiaron las dos escayolas porque se me rompieron. Lulu es la chica que me salvó y que durmió aquí conmigo... Abigail es como mi mamá se a preocupado mucho por mi y me a ayudado en todo. Luis es como mi papá, el se a encargado de levantarme y ponerme en la silla día a día... Tenía una mínima esperanza de encontrar a los idiotas que te llevaron entonces, Lulu cada mañana me llevaba al parque donde ocurrió eso... Fue muy duro. -Matías tenía los ojos llorosos, me dio un fuerte abrazo. Ninguno dijimos nada, nos dormimos abrazados. Creo que este momento nunca lo olvidaré.

Raptada y vendida al mayor mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora