Capítulo 2

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-Haznos caso, no sabes de lo que él es capaz. – Entre las dos me llevaron a otra sala donde había una ducha, un probador, una camilla y un tocador repleto de maquillaje.

-Toma esta toalla y ve a ducharte, tienes cinco minutos. -Primero desataron mis manos y me fui a la ducha. En el espejo pude ver un gran moratón donde mis costillas... Me di una ducha y salí con la toalla enrollada a mi cuerpo. Nada más salir me tumbaron en una camilla y me quitaron la toalla. Me quedé desnuda muerta de la vergüenza, nadie nunca lo había hecho. Comencé a llorar.

-Deja de llorar que no te va a servir de nada. -Las dos se quedaron mirando mi moratón.

-Veo que ese imbécil te ha golpeado, ahora a ver que ropa vas a usar para que no se vea. -Ella se fue al otro lado de la habitación, la otra chica en cambio seguía mirándome.

-Veo que estas bien depilada por todas las zonas, un trabajo que nos ahorras. -Gracias a dios que me hice la depilación láser hace años, pero bueno, el caso es que no entiendo porque hacen todo esto, ¿Qué quieren hacer conmigo?

-Toma esto y cámbiate en ese probador. -Cogí la ropa y me fui. Me dieron ropa interior de encaje, una falda roja y una camiseta negra con un gran escote. ¿Cómo iba a ir con esto? Sin rechistar me lo puse y salí del probador.

Las chicas me llevaron al tocador.

...........Después de tres horas.......

A todas nos llevaron a la habitación de antes. Todas ellas llevaban falda o pantalón corto con un top puesto; a mi por mi moratón no me lo podían poner.

La puerta se abrió y apareció el mismo hombre de antes.

-Que hermosas estáis todas, ahora os vamos a llevar a la venta. Os voy a quitar el trapo de la boca, espero que a ninguna se le ocurra hablar a nadie, a menos que yo lo indique. No sabéis de que soy capaz, no me pongáis a prueba. -Fue una a una quitándonos el trapo. Entraron varios chicos, una a una nos agarraron del brazo y nos sacaron de esa habitación.

No podía parar de pensar en lo que dijo de la venta, ¿De verdad nos va a vender?

Nos subieron a un tipo de escenario. Delante estaban mirándonos fijamente varios hombres.

-Buenas noches a todos, caballeros. Hoy os traigo nueva mercancía, que empiecen las apuestas. -Cogió del brazo a una mujer de unos treinta años y la llevó al frente. Los hombres empezaron a gritar varias sumas muy altas de dinero... La vendió a un señor de sesenta años por veinte mil euros.

No me pueden dar más asco. Me dan ganas de llorar y pegarles, pero me da miedo sufrir, son capaces de cualquier cosa. El hombre me llevó al frente sacándome de mis pensamientos.

-Bueno a ver cuento apuestan por la chica más joven y guapa de hoy. ¡Qué empiecen sus apuestas! -La primera suma en oírse fue treinta mil euros a lo que todos rieron.

-¡Noventa mil!

-¡Noventa y ocho mil!

-¡Un millón!

-¡Dos millones!

- ¡Tres millones! – La apuesta al final se quedó entre dos chicos. Uno bastante joven la verdad, no creo que tenga mucho más que yo y el otro de unos cuarenta años.

-¡Cuatro millones!

-¡Cinco millones!

-¡Seis millones!

- Seis millones a la de una, a la de dos y...

- ¡Ocho millones! -Decidí cerrar los ojos, esto es muy humillante. Todos gritaron sorprendidos.

-Ocho millones a la de una, a la de dos y... ¡A la de tres! -Todos aplaudieron. Yo seguía con los ojos cerrados, no quiero saber con quién me toca irme, empecé a llorar.

Alguien me agarro de la muñeca y me hizo girar.

-Tranquila nena estas en buenas manos, aunque no confíes en mí. -Abrí los ojos y vi que era el chico más joven, esto me relaja, por una parte, pero por otra parte me dan ganas de pegarles a todos y poder volver a casa. Echo de menos a mis padres... ¿Qué habrán hecho al ver que no estoy?

El chico me cogió de la mano y yo me solté, me da miedo no confío en el.

Intentó volver a agarrarme, pero no le deje. El jefe vio esta situación y se acercó a mi.

-Bonita ya te dije que tienes que seguir órdenes, ya me has cansado. -Dijo eso y me dio una bofetada; acto seguido caí al suelo.

-¿Eres imbécil o que te pasa? -El chico que me compró se acerco a mi y me cogió en brazos para llevarme al coche. Me dejo suavemente en el asiento.

-¿Estas bien? -Yo lo miraba con cara de odio.

-Ni que te importase como estoy ahora mismo, me han separado de mis padres sois todos unos idiotas. -Giré mi cabeza hacia la ventana y el chico no me volvió a dirigir la palabra, pero notaba como tenía su mirada clavada en mi. Poco a poco me fui quedando dormida, quería descansar y olvidarme de la mierda de vida que tengo ahora mismo.

Después de un largo rato noto como alguien me mueve.

-Despierta ya hemos llegado, baja. -Me levanté y bajé del coche como me dijo. Enfrente había un avión. ¿A dónde me llevará?

En mi mente solo pasaban cosas horribles, a ver si va a matarme, violarme o dejarme secuestrada en un sótano oscuro. No entiendo como la gente es capaz de secuestrar a alguien y venderlo como si fuese un cacho de comida...

Raptada y vendida al mayor mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora