[55] Fin de la fiesta

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Ariupture Val poseía 3 cabezas petrificadas cargadas en sus hombros.

Tanto los ojos como las bocas de esas estatuas que cargaba Ariupture en sus hombros estaban abiertas.

Leonir se dio cuenta de que el ambiente se había puesto más pesado.

-(Si pierdo un poco de mi tiempo contra este enano, aquellos que me conocieron alguna vez podrían alcanzarnos antes de que me derrote y encontraré un modo de huir...)-

Su plan no era perfecto, había la posibilidad de que aquellos que lo querían atrapar no hicieran nada y se mantengan al margen una vez que llegasen. Sin embargo, todos ellos eran enemigos entre si... cualquier oportunidad que encuentren de debilitar a su enemigo la aprovecharían sin dudarlo.

De pronto Ariupture invocó unas serpientes que parecían de madera y estas se estiraron a toda velocidad para atacar a Leonir.

Leonir saltó y las serpientes impactaron en el suelo.

Ariupture debía recuperar las serpientes para un siguiente ataque.

Leonir aprovechó esos segundos y desató hechizos explosivos directo.

Estaba seguro de que había acertado pero de inmediato se percató que en el lugar de la explosión se encontraba una de las centinelas de soporte.

De tras de él apareció Ariupture quien desató una patada al hombro izquierdo de Leonir.

Leonir recibió el impacto con total confianza pero la patada lo mandó a estrellarse contra las demás centinelas de soporte.

Estas últimas atacaron sin dudarlo lanzando fuertes puñetazos con sus largos brazos.

Leonir escapó del ataque con un rápido vuelo y luego notó que su hombro se había fracturado.

Leonir era un gran mago pero aún así sus habilidades físicas estaban muy por encima de las de un guerrero experimentado a luchas cuerpo a cuerpo y el comprendía a la perfección que un invocador como Ariupture no debía tener habilidades físicas tan extremas como el patazo que le dio, por sobretodo de alguien con un cuerpo tan delgado como el que poseía Ariupture.

Luego lo notó, las cabezas de piedra que ese enano lleva no eran meros adornos.

Tenían un significado.

Leonir tomó con fuerza su hombro y lo acomodó.
-Esas cabezas petrificadas que llevas, te dan habilidades que sobrepasan tus limitaciones ¿No es así?-

-Así es... son mi más preciado tesoro, puede que parezcan simples figuras de piedra pero estas cabezas están vivas...-

Leonir se sorprendió.

¿Como pueden esas cosas estar vivas?

En el pasado, antes de que Leonir decidiera matar una de los miembros de los enviados del pecado, este era compañero de ellos... No era un miembro, pero le tenían una gran confianza.

En esos momentos Leonir ya estaba muy intranquilo y curioso por las cabezas que este enano llevaba, pero nunca se atrevió a preguntarle.

Esas cabezas le daban una sensación muy familiar. Como si estuviera al lado de su padre. Como si tuvieran algo en común.

-Estas son cabezas de dioses caídos-
Exclamó Ariupture.

-(¿Que? ¿Dioses caídos?)-
Leonir quedó muy intranquilo con esas palabras.

-Cada cabeza le pertenecía a un dios con una bendición en particular. Aquellos que pedían por una fuerza física capaz de destruir montañas gritaban sus plegarias al dios de la fuerza. Aquellos que pedían por conocimiento capaz de tener un alto grado de entendimiento por las cosas gritaban sus plegarias a la diosa de la sabiduría. Aquellos que pedían por venganza y justicia gritaban sus plegarias al dios del castigo divino.

Reencarne En Un Escorpión! Primera VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora