Capítulo 7

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Dominic

Entro a la casa exhausto cerrando la puerta detrás de mí. Después de dejar a Emily en su casa, a pesar de que ella quería que me quedara, no lo hice, ella se insinuó, pero yo no tenía ganas. Ella sigue insistiendo en que me ama, pero yo no siento nada por ella, creo que esto se está saliendo de control, así que tendré que dejar de buscarla aún así sea, sólo para follar.

—Al fín llegas— escucho comentar a mamá y miro hacia su dirección. Está con Milan en el comedor, ella también me está mirando pero de una manera extraña, como si estuviera nerviosa— quiero decirte algo.

Voy hacía dónde están, con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué dejaste venir sola a Milan? Pudo haberse perdido.

Ah eso, claro, tal vez exageró todo simplemente porque no la traje. La miro y ella baja la mirada.

—Pero no lo está.

—Es una suerte.

—Que se acostumbre, no siempre la voy a traer— digo dándome la vuelta para subir las escaleras, entonces la miro por encima de mi hombro— ni tampoco a llevar.

Subo, y no pongo atención a los berrinches de mamá.

¿Ahora quiere que me convierta en su niñero o qué? Si lo que quiere es un guardaespalda, entonces que contrate uno. El que se esté quedando en mí casa no quiere decir que seré su sombra todo el tiempo.

Termino de subir las escaleras y cuando estoy pasando por su cuarto, el cual está ligeramente abierto, no puedo negar que siento curiosidad y me dan ganas de entrar.

Sacudo la cabeza ¿Pero que estoy pensando? ¿para qué diablos quiero entrar a su habitación? Es probable que sólo vea libros románticos apilados por todos lados.

Llego a mi cuarto, me quito mi chaqueta y luego me tiro en la cama.

Exhalo peinando mi cabello hacía atrás. Entonces veo la mesita de noche en donde hay una foto de papá. La tomo y la miro detenidamente.

Estamos él y yo en la foto. Es una foto de hace unos cuantos años atrás, nos estamos abrazando por los hombro y sonreímos alegremente. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Fué después de pescar, es por eso que tenemos las cañas en las manos, duramos toda la tarde tratando de pescar algo y cuando al fín lo hicimos él quiso retractarlo para que quedara el hecho quedara para siempre, esas fueron exactamente sus palabras. Todo estaba bien, todo iba bien...hasta ese puto día...

Un golpe en la puerta me hace parpadear, sacándome de mis pensamientos.

Me incorporo en la cama y pongo la fotografía en la mesita de noche.

Debe ser mamá para seguir con los reclamos, exhalo y voy hacia la puerta. Pero cuando la abro, me llevo una sorpresa al ver que Milan, es quién está del otro lado.

La miro tratando de siquiera pestañear.

—¿Se te ofrece algo?

Ella sube la mirada la cual estaba baja y topa con mis ojos, cuando lo hace, vuelve a bajar la mirada.

—Yo...quería decirte que...— se detiene, vuelve a mirarme y yo alzo una ceja a la espera, respira profundamente, entonces continua—...que insistí a la señora Maggie para que no te dijera nada de eso, porque a mí no me importa si me llevas o me traes del instituto.

Eso lo dice rápidamente y la miro un poco intrigado, pero procurando que ella no se dé cuenta.

¿En serio ella acaba de decirme eso?

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora