Capítulo 34

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Milan

— ¿Dominic? — volvió a preguntar la señora Maggie al no escuchar respuesta.

—Rayos— susurró él bajando la cabeza hasta mi pecho, aún tenía su mano en mi boca, y por un segundo creí que tal vez pensó que en algún momento yo hablaría por él.

Yo estaba asustada por supuesto, tenía miedo de que Maggie entrara por la puerta y nos viera en plena acción.

—¿Dominic?— preguntó de nuevo esta vez con algo de insistencia — ¿Está todo bien? Escuché un ruido.

—Estoy bien— contestó él alzando la cabeza— todo está bien.

—¿Seguro?

—Sí— respondió con un tono de fastidio.

—Está bien, le preguntaré a Milan— nos miramos en seguida con algo de pánico— tal vez el ruido vino de su habitación.

—¡No!— contestó Dominic rápidamente— no la despiertes, debe estar durmiendo.

—Es que ese ruido pareció muy cerca.

—Fui yo — trató de convencerla — tropecé con algo cuando iba al baño, pero estoy bien, ya ve a dormir mamá.

Por su parte la señora Maggie se quedó en silencio por un largo segundo, pero luego la escuchamos decir:

—Está bien— después oímos sus pasos alejarse.

Él me observó y luego de un suspiro fue quitando su mano lentamente de mi boca.

—Eso estuvo cerca— masculló mientras se recostada de espalda y por completo en la cama.

—Sí— dije tratando de anivelar mi respiración— creo que debería irme a mi habitación.

Subí mi ropa interior y acomodando mi bata intenté incorporarme, pero él me detuvo tomando mi mano.

—No puedes irte.

—¿Qué? — lo miré sin entender.

—No puedes dejarme— explicó y luego con la cabeza señaló lo que tapaba su sábana— no así.

Casi reí, él parecía bastante torturado, y el bulto que se notaba a través de la sábana me demostraba lo tan necesitado que estaba.

Alcé una ceja.

—¿O si no qué? Dominic Joss— incité mientras me levantaba de la cama.

—¿Estás jugando conmigo?— él también se levantó y llegando hasta mí, me acorraló contra la pared.

No pude evitar reír por lo bajo, estábamos teniendo un momento de intimidad —nuestro primer momento de intimidad— la señora Maggie estaba despierta y muy cerca por ahí, y aún así teníamos este pequeño momento de diversión, y no podía dejar de sentir que esto era correcto. Y que este era el verdadero Dominic, el Dominic que tanto había anhelado descubrir.

Este Dominic definitivamente me gustaba.

—La señora Maggie debe estar ahora mismo en mi habitación — le hago entender — si no me ve allí sospechará que estoy aquí.

—Ya fue a dormir— intentó persuadir, y luego puso sus dos brazos a los lados de mi cabeza— además hay otra prioridad más importante.

Al decir aquello pegó su cuerpo al mío y pude sentir el bulto duro de su virilidad en mi vientre, aquello hizo que el placer que sentí hace un rato, despierte nuevamente y vuelva a recorrer todo mi cuerpo, especialmente en el lugar que hace tan sólo pocos minutos él estaba tocando.

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora