Capítulo 30

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Milan

Al llegar al hospital, la espera fue angustiosa, inmediatamente llegamos entraron a Newt por el área de emergencias, quisimos entrar con él, pero los enfermeros no nos dejaron pasar.

Era demás decir que Daisy no dejaba de llorar, yo que la tenía en mis brazos podía sentir la ropa en la zona de mi hombro empapada por sus lágrimas, nos sentamos en unos de los asientos en la sala de espera.

Dominic se quedó de pie, podía notar tantas emociones pasando por su rostro, ira, frustración, desesperación. Y todo eso lo descargó al golpear la pared cercana con un gruñido que estoy segura que salió en lo más profundo de su garganta, sólo pude notar la sangre en sus nudillos cuando despegó la mano de la ahora mayugada pared.

Yo también sentí angustia, tanta que no pude evitar que mis ojos se nublaran.

— Él no puede morir, no puede— repetía Daisy una y otra vez. Y yo no estaba muy segura de que no fuera así, pero con todo lo que podía trataba de tranquilizarla.

— No lo hará, no lo hará — era lo único que podía decirle.

Los minutos pasaban y nadie salía a decirnos nada, y los nervios de no saber si Newt verdaderamente estaba bien, eran cada vez más insoportables. Sabía que todo aquello era desesperante, pero sentía que yo era la única que podía pensar en esos momentos, Dominic no dejaba de caminar de un lado para otro y Daisy aún llorando susurraba cosas incoherentes.

Con cuidado me separé un poco de ella y me levanté para detenerme frante a él.

— Tenemos que llamar a sus padres — le comenté y él me observó como si hubiera dicho algo muy difícil de entender.

Frunció las cejas.

— ¿Sus padres? — cuestionó y yo asentí, luego de un minuto entonces reaccionó cómo si fuera la primera vez que pensaba en ello — oh, sí, tienes razón.

Luego hurgó en sus jeans y sacó su celular, se fué a una esquina y luego comenzó a llamar. Yo volví con Daisy, ella tenía la mirada alzada y miraba el techo mientras las lágrimas recorrían las esquinas de sus ojos. Ella me rompía el corazón, lo que conocía de ella era generoso y muy empatico, al igual que Newt, se podría decir que eran tan parecidos, eran el uno para el otro, sería una lástima que le pasara algo malo.

— Lo amo Milan, no sabes cuanto — me decía mientras cerraba los ojos — no debí enojarme con él por esa tontería, no debí.

Rezé internamente a cualquier Dios que pudiera escucharme, que Newt pueda salir bien de todo esto, no sólo por Daisy si no también por Dominic, aunque trataba de acultar verdaderamente como se sentía en estos momentos, yo podía saber que estaba sufriendo más que nadie.

A los pocos minutos llegaron unas personas, y por el parecido con Newt supe inmediatamente que eran sus padres, su madre era baja y cachetuda, su padre en cambio era delgado y usaba anteojos, a simple vista parecían buenas personas pero me asusté un poco cuando fueron hacia Dominic y le pidieron explicaciones, este hablaba mecánicamente y aunque mantenía una expresión serena, también pude notar algo de pesar en su facciones. No sé lo que Dominic les haya dicho pero luego de unos minutos asintieron y se sentaron en los asientos de la misma sala de espera.

La señora Maggie también apareció, supuse de inmediato que Dominic la había llamado también, ella lo ubicó e inmediatamente llegó hacia él para abrazarlo. Este le respondió el abrazo con ímpetu mientras cerraba sus ojos con fuerza. Podía notar cuanto le costaba contenerce. Y no era para menos, su mejor amigo se debatía entre la vida y la muerte.

Luego la señora Maggie llegó hacia nosotras y nos preguntó si estábamos bien, yo asentí pero Daisy no hizo ningún movimiento por lo que Maggie pasó la mano por su hombro a modo de entendimiento.

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora