Capítulo 22

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Dominic

Trago saliva cuando la veo bajar la mirada, demonios ¿qué acaba de pasar? ¿Qué diablos estoy haciendo?

Nos besamos y maldita sea si no lo disfruté.

La noto incómoda y yo miro a mi al rededor ¿Será que no le gustó? ¿O será por todas las miradas que están sobre nosotros? Sí es eso, debe ser por las miradas, la hubiera besado otra vez, pero no quiero incomodarla, no después de ese beso. Joder nunca me había sentido de esa manera por un beso. Pero Milan despierta muchas cosas en mí que con nadie más había sentido.

Rayos, esto se está saliendo de control y y ahora no estoy muy seguro de que fingir que tenemos algo haya sido una muy buena ida.

—Muy bien, muy bien— escuchamos a Mike— pero no nos has dicho que le preguntaste Dominic, la botella cayó mal, así que tienes que hacer la pregunta.

Joder.

Se supone que no puedo decir lo que le pregunté, no si queremos seguir con la falsa, yo sólo quería saber si ese chico es su novio, porque esa pregunta ha estado rondando en la cabeza desde que vi esa jodida fotografía, ¿quiero saber la respuesta? Joder después de ese beso, por supuesto que sí, pero no ahora, a solas, sin la mirada de todos.

Así que digo lo primero que se me viene a la mente.

—Le pregunté cuánto le gusto.

Ella me mira y no sé si fué buena idea decir eso, tal vez ahora sí la incomodé de verdad, maldición ni siquiera sé lo que estoy haciendo, pero quiero saberlo, quiero saber todo de ella, ¿desde cuando me volví tan interesado en ella? Desde la primera vez que la vi, tal vez.

La veo tragar saliva y es justo lo que necesito para saber que está nerviosa, no debí decir eso, ¿por qué no se me ocurrió una idea mejor? ¿Sobre su carrera, por ejemplo? Recuerdo que me habló de ella y de cuánto le gustaba.

Estoy a punto de retractarme y decirle que lo olvide, que no responda, que abandono el juego, pero entonces habla y por lo que dice no sé si alegrarme o sorprenderme por la manera tan natural con que le salen las palabras, con la que está fingiendo, a estas alturas ya no sé lo que es verdad o mentira.

—Mucho, me gustas mucho— no puedo dejar de mirarla, ella cada segundo me sorprende más— pero eso ya lo sabes, Dom.

Dom.

Nadie me llama Dom, solo papá lo hacía, y por un sentimiento que no conozco me agrada, me agrada como esa simple palabra salió de su boca.

—Excelente— dice Mike y se pueden escuchar clamores de los demás chicos, como si fuéramos el entrenamiento de la noche, y no lo dudo ya que después del escándalo de Emily -la cual no ha dejado de mirar hacia donde nos encontramos y cuyos ojos hechan chispas, pero no me importa espero que sinceramente no vuelva a molestar más- hemos sido el centro de atención de toda la noche.

El juego sigue su curso y algunos chicos siguen haciendo preguntas que en su mayoría son tan ridículas que me cuesta no dejar el juego, pero no lo hago, por Milan. Me gusta ver su expresión cuando escucha las preguntas, como si los chicos fueran los más raros que haya conocido, pero sé que en el fondo eso la entretiene.

En un momento del juego pasó un suceso que para mí me pareció de lo más ridículo, cuando el momento de Máx y Emily llegó esta lo agarró del cuello de su camisa y sin dejar de observarnos lo besó de una manera asqueada, todo eso para darme celos por supuesto, volteé los ojos internamente, perdía su tiempo haciéndolo, por mí podía besar a todos los chicos del jodido instituto y yo no sentiría ni un ápice de celos.

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora