Capítulo 24

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Milan

No dormí tanto como quería, desperté temprano, dí vueltas y vueltas en la cama aún sumida en mis pensamientos, en varias ocasiones pensé en levantarme para asegurarme de que había llegado. Pero no lo hice, pensé que era mejor así, era mejor no preguntarle ha donde había ido si al final era seguro que no obtendría respuestas. En un momento de la noche pude cerrar los ojos y cuando los abrí eran las siete y media de la mañana demasiado temprano para un sábado, desde ese momento no volví a pegar un ojo.

Al levantarme, ducharme y cambiarme decidí bajar para preparar algo de desayunar, no sin antes mirar hacia su habitación, la vi cerrada y entonces supe que ya estaba en casa, mi corazón dio un vuelco al pensarlo, es probable que estemos solos, y juntos todo el día.

Bajé las escaleras y ahora aquí estoy volviéndome un ocho al querer preparar Waffles.

Ya tengo los huevos revueltos, la harina, mantequilla, leche, pero ahora ¿qué hago? no quisiera que me quedaran mal, los de Maggie sabían muy bien. Debí pedirle la reseta antes de irse.

Minutos después ya todo está revuelto, hay harina por todos lados, no es que no sepa cocinar, pero esto se me estaba volviendo muy complicado.

Debía terminar pronto, saber que Dominic estaba arriba también me ponía bastante nerviosa.

Ahora mismo lo único que tengo que hacer es preparar la máquina para ponerlos a cocinar, pero la máquina tampoco quería funcionar, he tratado de darle a todos los botones que están en la parte delantera pero ninguno parece servir, cuando estoy a punto de rendirme entonces una voz detrás de mí me sobresalta.

—¿Qué haces? — doy un brinco sin evitarlo mientras miro sobre mi hombro.

Está ahí de pie, parece que acaba de ducharse porque tiene el cabello húmedo, lleva puesta una camiseta blanca y unos vaqueros oscuros, está tan deslumbrante como siempre.

Pongo una mano sobre mi pecho y respiro profundamente.

—Me asustaste— digo y noto su mirada recorrerme entera, y no puedo evitar sonrojarme mientras él inspecciona mi aspecto, el cual sé que es desastroso, he de tener harina en toda mi cara, por último él mira mi cara, luego alza una ceja esperando mi respuesta— yo...intento hacer Waffles.

Él alza las cejas mientras saca una silla y se acomoda en la mesa.

—Pareciera como si estuvieras creando una bomba nuclear— no digo nada porque noto que a vuelto su actitud — además creí que me había librado de mamá.

En esa parte sé que se refiere por lo de los Waffles, pudiera decirle que si no quiere comer que no lo haga, pero él no lo tomará de buena manera así que mejor evitar futuras discusiones.

Frunzo el ceño.

—A mí me gusta— réplico continuando en lo que estaba, luego digo con pesar:— pero ni siquiera puedo hacerlo, la maquina no funciona.

Luego de un segundo intentando de nuevo, no escucho respuesta de su parte, pensé que se había ido, pero contengo la respiración cuando lo siento junto a mí.

—Déjame ver— pide y se inclina para inspeccionar la máquina, yo me quedo quieta en el mismo lugar y casi cierro los ojos cuando su aroma inunda mis fosas nasales, huele a jabón y a acondicionador, me pregunto como se sentiría ahora pasar la mano por su cabello húmedo, miró sus labios por inercia, están rojos, tan fáciles de besar y lo tengo tan cerca de mí, si me inclinaría un poco más hacia él, yo pudiera volver a sentir esos labios...— el botón de encendido está detrás, te confundiste con los que están delante, por eso no podías encenderla.

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora