Capítulo 46

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Dominic

Los días pasaban, y ella estaba distante y alejada.

Yo buscaba cualquier tipo de pretexto para acercarme y decirle algo, cualquier tontería era una excusa para intentar hablar con ella. Sin embargo, de su parte sólo recibía respuestas cortas o un pequeño gesto de cabeza.

Y eso, estaba volviéndome loco.

Cuando decidí darle su espacio, no imaginé que sería de esta manera.

Verla a diario en casa, sentirla a tan sólo unos pasos de mi habitación, en las clases, o incluso estar en el mismo espacio dentro del auto, y no poder hacer nada más que sólo mirarla, y hablar lo necesario, estaba acabando conmigo.

Yo no quería esto, no lo quería, necesitaba más que una simple costumbre. La necesitaba a ella, incluso la deseaba, cada noche lo hacía. Quería volver a tenerla entre mis brazos, sentirla, besarla, acariciarla, volverla loca de deseo...

Pero sabía que no podía hacerlo, porque yo se lo aseguré, le di mi palabra, y le cedí el espacio que ella necesitaba. A fin de cuentas, había sido yo, el que me había ganado toda su inseguridad con respecto a nosotros.

Por mi culpa estábamos de esta manera, y cada día me reprochaba por ello.

Pese a todo, debía hacer algo para acercarme, lo que sea para al menos tener un poco de su atención.

Por lo que, llegada la semana de los exámenes finales, porque sí, los exámenes llegaron en un abrir y cerrar de ojos, tan rápido que ni siquiera lo habíamos notado, tal vez por todo lo que había pasado o porque en realidad ni siquiera estábamos pensando en ello, pero la realidad era, que faltaba sólo una semana para que todo terminara. Después de los exámenes y la graduación, sabía lo que pasaría.

Ella se iría.

Y ese hecho sólo le sumaba más a mi frustración, yo...necesitaba que pasáramos un poco más de tiempo juntos. No importaba cómo, sólo necesitaba hacerlo. Y ante mi desesperación, le pedí al maestro de literatura que me asignara el trabajo final con ella.

Él ya había anunciado lo que debíamos hacer, y también con quién debíamos hacerlo; con nuestro compañero de asiento. Por ello, me lancé a la aventura, no sabía si él cedería, pero tenía que arriesgarme. Así que, esperé hasta que terminara la clase para abordarlo. Cuando al fin acabó, me levanté del asiento, para encaminarme hacia él.

Newt que había notado mi acción, me detuvo para preguntarme qué pretendía hacer, así que le dije lo que pensaba.

—¿Estás loco? — había expresado— sólo la agobiaras, me dijiste que le diste tiempo, tienes que cumplir esa promesa.

Negué.

—No puedo hacerlo, tiempo es lo que menos tenemos.

Él no me apoyó a un cien por ciento, por supuesto, pero no volvió a contradecirme, y aunque continuara haciéndolo, tampoco le hubiese hecho caso.

Debía estar con ella, era lo único que sabía.

Continúe mi camino hacia el profesor, el cual ya estaba recogiendo sus pertenencias. Pero antes de llegar hacia él, me di cuenta que Milan estaba aún allí, ella también recogía sus cosas, por lo que me fue difícil no mirarla.

Ella estaba preciosa.

Últimamente estaba más hermosa que nunca, tenía ese pequeño adorno que ya le había visto antes, en el medio de sus finas cejas, el cual le quedaba muy bien. Como siempre ese pañuelo en su cabeza, que hizo que me preguntara si volvería a ver su cabello una vez más. Y verdaderamente esperaba que así sea. También notaba algo más de color en su rostro, era ese tipo de tonalidades que me daba a entender que era maquillaje.

Dominic© ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora