Haikyuu X Tú

Hinata

Hace tiempo que ___ estaba sola. No era como si la excluyeran... A ella le gustaba la soledad...

Lo malo es que ni ella misma sabe que ninguna persona puede estar completamente sola, después de un tiempo la soledad te consume y entras en un bucle de pensamientos que solo te hacen sufrir.

El día en el que lo conoció estaba lloviendo y el cielo estaba lleno de nubes. Cosa bastante irónica, debido a que Shoyo Hinata es la representación más pura del Sol y lo que conlleva la luz. E incluso entre toda la multitud de estudiantes, su gran sonrisa era única.

-Disculpa,¿estas bien? -(cuestionó el pelo naranja mientras cerraba su paraguas y se sentaba al lado de la joven)

-Lo estoy. -

Aunque no era muy convincente al estar sentada, mientras todos los estudiantes se marchaban a sus casas.

-Soy Hinata Shoyo, de primer año. -(se presentó admirando la belleza de la joven que mantenía los ojos cerrados)

-___, ___.-(dijo ella sin mirarlo)

Cerrar los ojos y escuchar el ruido al rededor le encantaba. Pero, por cosas como esas no tenía el tiempo para enojarse o sentirse feliz. Solo melancólica.... Una sensación de nostalgia la invadía por completo...

-___-san ¿te gusta el voleibol? -(cuestionó emocionado el joven)

En el fondo de su ser Hinata quería que esa linda chica saliera con él, intentar conocerla.

-No me desagrada. -

Por algún motivo el aura de intriga le encantaba al chico, solo faltaba confirmar una cosa.

-Yo mido 1,65 ¿cuánto mides tu? -(cuestionó con alegría)

Por primera vez en mucho tiempo la joven lo miró y sintió confusión e interés por alguien. ¿Normalmente se le pregunta la estatura a los extraños?

-1, 60.-(respondió con inseguridad)

De verdad era confuso , sobretodo porque el chico se veía a un más feliz.

"Soy más alto que ella" Pensó con alegría Hinata.

-¿Tiene algo mi altura? -(preguntó haciendo que el bloqueador central se sonrojara y negara con rapidez)

-Tu... A ti... -(preguntó un poco dudoso) -¿Quisiéras venir a ver una práctica de mi quipo de voleibol?

Normalmente rechazaba las invitaciones de la gente que quería invitarla a salir. Pero, por la sonrisa esperanzada del joven que tenía al frente... Simplemente no se pudo negar.

Y una vez llevó a otra. Y es otra se convirtió en una caminata juntos a casa. Y esa caminata se transformó en muchas caminatas y en una sonrisa por parte de ambos.

La melancolía fue reemplazada por sonrisas. Las sonrisas llevaron a tener citas, las citas llevaron a besos.

Besos llevaron a ser novios. Novios llevó a conocerse... Y a amarse. Amarse llevó al deseo, a extrañarse y querer estar juntos siempre.

Y siempre, mientras no estés solo, será un futuro muy prometedor.