Come As You Are

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"Guarda silencio cuando no tengas nada que decir, cuando la pasión genuina te mueva, di lo que tengas que decir, y dilo caliente."

D.H. Lawrence

POV: Alex Vause

Mis labios temblaban, mi respiración parecía que en cualquier momento se iba a detener, mi mente iba explotar. Caminaba de prisa por los pasillos, choqué con algunas alumnas y ni pude detenerme a pedir disculpas. Necesitaba aire, necesitaba gritar, corrí a la azotea, y ahí me pude liberar. Abrí algunos botones de mi camisa estilo Oxford y empecé a absorber aire, mucho aire.

Habían pasado tres semanas desde que ese demonio llegó, porque eso era un demonio rubio vestido de mujer. Perturbaba mi tranquilidad, hablaba demasiado, no se callaba jamás, me seguía todo el tiempo, me sonría demasiado sensual y cuando creo que quizás debo ser amable con ella... Me besa. Yo había cambiado, yo quería hacer las cosas bien en mi vida, ¿Por qué ella viene ahora? ¿Por qué una mujer casada? ¿Por qué otra compañera de trabajo? ¿Por qué aquí? ¿Por qué me hacia esas preguntas? No sabía, ni quería imaginar nada con esa mujer, pero al menos debía aclarar las cosas.

Me bebí mi orgullo en tus labios,

Profané mi dignidad rozando tu piel,

Me traicioné a mí misma,

Probé las delicias del pecado,

Sucumbí a los deseos de un sensual demonio,

Tú.

FIN DE POV

Piper permitió que sus alumnas salieran de salón 10 minutos antes, de inmediato recorrió dos pasillos a una velocidad impresionante. Suspiró al escuchar en un salón aquella sensual voz ronca y firme que la enloquecía. Se quedó discretamente observando en la ventana la clase de historia. Extrañamente los alumnos estaban interesados escuchando las explicaciones de la maestra, que caminaba por el recinto hablando con fascinación de la era prehistórica.

Había disfrutado demasiado los besos de Alex, como lo había intuido desde semanas anteriores, besaba muy bien. Sus labios sin duda eran los más suaves y deliciosos que había probado en mucho tiempo, pero tenía demasiadas intrigas, quería conocerla, verla sonreír, saber quién era.

- Piper, ¿qué haces aquí? - interrumpió Tifanny - es mejor que te apartes, no vaya a ser que esa mujer te acuse de interrumpir su clase y como es protegida de la directora quien sabe que te puede pasar - susurró en tono chismoso.

- Eh... Yo nada más pasaba por aquí - dijo distraída.

- ¿Por qué no vamos por un té? Y hablamos de una posible colaboración entre nosotras para una obra de teatro del festival de literatura - propuso la otra profesora.

Piper observó una última vez a Alex y contestó - está bien, vamos.

En la sala de maestros donde Piper conversaba con Tifanny le intrigó una pared donde estaban las fotos de todos los docentes y una breve información de sus currículos. El resto se le hizo insignificante, pero a la de Alex le prestó especial atención.

- Tifanny, ¿Tú y Alex estudiaron aquí? ¿Eran compañeras de clases?

La otra mujer se quedó viéndola unos segundos confundida - siempre ha sido una perra presumida, no intentes ser su amiga, no seas apañadora del pecado, el sacerdote del colegio, la directora y el comité no hacen nada con ella, pero recibirán justicia divina, ya lo veras.

La rubia suspiró tratando de ser tolerante, trataba de ser sociable, era muy duro para ella estar encerrada en un lugar donde no conocía a nadie, su compañera de cuarto no era nada amable, su única alternativa, era la que tenía en frente. Sin embargo, nunca había tolerado la discriminación de ningún tipo. Entonces tomó sus cosas y se levantó - debo irme.

CONTIGO O ¿SIN TI? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora