Fire on Fire

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"No me había tocado. No necesitó hacerlo. Su presencia me había afectado de tal manera, que me sentía como si me hubiera acariciado durante mucho tiempo."

Anais Nin

POV: Alex Vause

Me agradaba contar con la amistad de Piper, como amiga no me podía quejar de ella, era muy dulce y comprensiva sin conocer mucho de mí. En realidad no me conocía, pero estaba confiando en mí y eso hacía que mi corazón y mi mente estuvieran tranquilos.

Al día siguiente que pasamos momentos tan emotivos de amigas, me quedé hasta tarde revisando trabajos en la biblioteca. Tenía momentos muy buenos con Piper, pero también seguía apreciando el tiempo conmigo misma, era parte de mi progreso. Cuando llegué al cuarto me extrañó encontrarla despierta.

— ¿Aún despierta? — le dije al verla en su cama con un libro.

Ella bajó el libro y me sonrió — esperaba por ti — me dijo.

Sonreí levemente y pregunté — ¿quieres que te coja? — su rostro se iluminó con esa sonrisa sádica que tenía. Yo me senté en mi cama frente a ella esperando una respuesta concreta.

— Sabes que me encanta, pero nada más quería hablar contigo antes de dormir, me gusta — suspiró encogiéndose de hombros.

Sentí un poco raro que ella quisiera hablar conmigo, era extraño para mí que las personas quisieran pasar tiempo conmigo. Cada vez me convencía más de que quizás ella realmente quería ser mi amiga — ven siéntate junto a mí — hizo un espacio en su cama — acomodé mis lentes un poco tímida y me moví lentamente a sentarme junto a ella.

— ¿Qué lees?  — le pregunté para ocultar mi tensión.

— Estaba leyendo poesía y novelas barrocas, ya sabes para prepararme para la obra — ella me mostró dos libros.

— Estás muy comprometida — señalé, ella tomó mi mano y la entrelazó con la de ella.

— ¿Quieres que leamos juntas? — preguntó mirándome a los ojos.

— Piper... es un poco tarde — susurré tratando de soltar mi mano.

— Duerme conmigo — me dijo sin dejar de observarme, su mirada me quemaba, me erizaba la piel.

Dios, ella me veía a los ojos y yo veía un perfecto demonio, sus ojos tenían llamas, sus labios sensuales me invitaban a besarla a decirle que sí, que quería dormir con ella, que quería abrazarla para sentir su olor toda la noche. Pero ¿cómo lo iba a hacer? No estaba preparada, ¿qué iba a pensar ella si tenía una pesadilla a medianoche? O si se enteraba que consigo dormir solamente un par de horas.

— No haremos nada, solo leeremos y luego dormimos, ¿qué dices? — insistió.

— Piper, yo... — ella puso uno de sus dedos índices en mis labios.

— Alex, somos amigas ¿lo recuerdas? No pasa, calma — explicó mientras acariciaba mi mano.

Puso su brazo sobre mi hombro y lentamente nos recostamos al respaldo de la cama. Me dio un suave beso en los labios, luego me sonrió y abrió su libro. Yo tragué saliva, acomodé mis lentes y la escuché leer.

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará...

¿Por qué tenía que leer precisamente eso? Mí adorado tormento cada día se apoderaba más de mi mente y no quería ni siquiera pensar que estaba haciendo con mi corazón. Leía precioso, pero no quería escucharla, no si hablaría de amor. Así que en un arrebato de nervios le quité el libro, lo puse en la mesa de noche y me alancé a besarla con deseos.

CONTIGO O ¿SIN TI? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora