Yes to Heaven

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"Si por besarte tuviera que ir después al infierno, lo haría. Así después podré presumir a los demás demonios de haber estado en el paraíso sin nunca entrar."

William Shakespeare

— ¡Hey! Alex, mi amor, entonces ¿quieres ser mi novia? O ¿eres tú la que ya se aburrió de mí? — hizo un puchero y escondió su cabeza en el cuello de Alex al no tener respuesta.

Ella rápidamente le levantó el rostro sonriente y la miró a esos ojos de demonio que tanto amaba — sí, sí quiero, idiota, quiero ser tu novia, tu amiga, tu compañera, tu mujer, la señora demonio y todo lo que tú quieras — agregó sonriente y atrapó los labios de la rubia en un su primer beso de novias, un beso puro, con sus respiraciones agitadas de la emoción del nuevo comienzo.

— Entonces es oficial, ¿tengo una novia? Mi primera y única novia — expresó con una hermosa sonrisa Piper.

— Soy la novia del demonio más sensual que he conocido — presumió sonriente Alex.

— Te amo Alex, porque eres la única persona que me ha amado sin querer cambiarme, tu siempre me aceptaste siendo... un demonio, me amaste siempre dejándome ser libre, esperaste por mi hasta que comprendí que... el destino ya tenía planeado que tú eras la libertad que tanto había anhelado, que solo entre tus brazos y de tu mano puedo alcanzar la gloria.

— ¿Y qué es la gloria? — preguntó Alex apretándole el trasero.

— Esa que estás pensando mi preciosa pervertida, pero también es lograr mis sueños, tus sueños, nuestros sueños... nuestra familia, que vivas...

— Pipes, creí que íbamos a ir paso a paso.

— Alex, pero nos amamos y ya somos novias, ya no quiero estar un día más sin dormir contigo, no podría.

— Mi demonio posesivo, ¿qué tal si lo hablamos mañana? Hoy quiero hacerle el amor toda la noche a mi preciosa novia — exclamó Alex tumbándose sobre Piper.

— Alex Vause, prepárate que tu sabías lo que te iba a pasar cuando te tuviera de nuevo — la amenazó la rubia nalgueándola.

Eran novias al fin y se lo dijeron muchas veces esa noche en la que no durmieron, no les hizo falta, ¿para qué dormir? Con lo mucho que habían deseado amarse de nuevo, ¿para qué dormir? Y perderse de ver gemir, sonreír y gozar a la mujer amada. En la mañana cuando el sol se volvió muy insoportable para seguir durmiendo. La rubia se volteó un poco y suspiró al sentir el olor de su mujer, sonrió con los ojos aun cerrados y empezó a besarle suavemente la espalda mientras dibujaba un corazón con su dedo índice en el tatuaje de Alex.

— Despierta mi preciosa, despierta mi amor — le decía con suavidad masajeando su cuerpo.

— ¿Así vas a despertar a la mujer que amas todos los días, Pipes? — cuestionó soñolienta moviéndose lentamente al tacto de los labios de la rubia en su piel.

— ¿Diciéndole que la amo o haciendo lo que voy a hacer ahora? — preguntó metiéndose entre las sabanas — yo quiero ambas —agregó dándole besos en el abdomen.

— Mi sueño se hizo realidad, no cuando lo esperé, simplemente pasó cuando tenía que pasar — susurró agitada Alex.

— ¿Qué sueño, mi amor?

— No importa preciosa, ya lo estás haciendo realidad, tú sigue — exclamó jadeante.

Cuando por fin se levantaron encontraron a sus hijos acostados en el sillón viendo caricaturas en compañía de Lorna y Nicky quienes las empezaron a observarlas de manera sugestiva.

CONTIGO O ¿SIN TI? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora