"Deseo decirle que usted ha sido el último sueño de mi alma"
Charles Dickens
La boda de las madres de Alex estaba a un mes de realizarse, la hija estaba más nerviosa que las novias. A veces cuando comían o hacían cualquier otra cosa, a ella le venía alguna preocupación referente a la boda. Otra de las causas de sus emociones encontradas era el demonio acosador que tenía de vecina. En tres meses después de reencontrarse mantenían una relación de relativa amistad, así lo llamaban ellas.
No habían tenido relaciones sexuales, discutían de vez en cuando el pasado que salía a relucir en momentos, pero las insistencias de la rubia eran persistente, cada vez que Alex se alteraba trataba de callarla con besos. En ocasiones parecían ser una feliz familia, la rubia se colaba a los paseos por el parque de Leo, no quería que ninguna mujer se le acercaba a la que ella seguía considerando su mujer.
No le molestaba llevar meses sin conseguir lo que en realidad deseaba de Alex, la amaba, la amaba a pesar de esa negativa actitud que a veces mostraba. No le molestaba porque sabía que la ansiedad era algo que iba a vivir con Alex toda la vida, comprendía lo difícil que era para ella recobrar la confianza en alguien. Entendía que unos días se sentía libre para conversar con ella en el parque y otros se sentía tan triste que apenas le hablaba o no lo hacía del todo. Piper se seguía culpando, de alguna manera ella había provocado esa situación. Sin embargo no tenía intenciones de dejarla sola, se lo decía en los abrazos que le daba cuando de la nada temblaba escuchando las palabras llenas de amor que ahora no dudaba decírselas cada que podía.
Al menos le alegraba saber que su vida iba mejorando, Alex ya no laboraba en un café, ahora estaba haciendo algo más relacionado a lo que a ella le gustaba, trabajaba en el archivo de El Museo y Biblioteca de la Sociedad Histórica de Nueva York. Era un excelente empleo, se trataba de uno de los museos más antiguos de Estados Unidos, pero su pasión era la enseñanza. Piper por su parte había convertido su apartamento sin muebles en una pequeña academia de baile, brindaba clases particulares a varias jovencitas, no quería hacer planes más significativos ni en su casa, ni en su vida, ella estaba esperando por Alex. Sin embargo, habían días en los que se despertaba llorando en la noche pensando en que Alex jamás iba a regresar con ella, no podía olvidar aquel "me elijo a mí", otros días le sonreía al salir hacia su trabajo y algo le decía que valía la pena seguir intentándolo, que nada que amas tanto lo puedes tener de la noche a la mañana.
Alex estaba sentada en el comedor de su casa con sus dos madres debatiendo seriamente la lista de invitados a la boda, que para ella iba a ser algo íntimo, pero sus madres al parecer tenían algo más pomposo y liberal en mente. ¿Quién era ella para negarles la oportunidad de cumplir su sueño a como siempre lo habían deseado?
— 50 invitados son muchas personas, mamá — le dijo Alex a Diane que estaba repasando la lista.
— Tu madre conoce a muchas personas, solo invitó a los más importantes — señaló Red.
— ¿La vecina? —Preguntó Diane de brazos cruzando mirando a su mujer y a su hija.
— Oh, fue a la farmacia con Leo, dijo que le dolía la cabeza — dijo un poco tensa Alex.
— Cariño, sabes de lo que hablamos, nuestra boda será con las personas que han apoyado nuestra relación, pero no invitaremos a alguien que tú no quieres que esté ahí — confesó Red.
— ¿Qué pasa entre ustedes? — cuestionó tajante Diane — El jueves que según ustedes estaban viendo una película, apenas se durmió Leo se besaron como si el mundo se fuera a acabar, ayer tuvieron esa discusión horrible de la nada y hoy hablaron como dos amigas — Alex no pudo evitar ruborizarse con las palabras de su madre — hija, sabes que ella no me agrada, pero te amo a ti y sé que diga lo que diga amas demasiado ese satanás como tú le llamas — expresó con desdén.
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CONTIGO O ¿SIN TI?
FanfictionPiper Chapman, el demonio hecho mujer, se convierte en la colega, compañera de cuarto, amiga y amante de Alex Vause, pero una frase no sale de la cabeza de Alex: estoy contigo o ¿sin ti?