CONTIGO O ¿SIN TI?

Monster

"Si tenemos un alma lo bastante fuerte, podemos arrancarnos el velo y contemplar cara a cara la desnuda y terrible belleza; Dejar que el dios nos consuma, nos devore, nos quiebre los huesos. Y luego nos escupa renacidos."

Donna Tartt

POV: Alex Vause

— Alex, ven conmigo, vámonos juntas, vámonos de aquí, diviértete un rato, sé libre conmigo, quizás encuentres en el camino lo que buscas, ¿qué dices?

El zumbido de esas palabras resonaba una y otra vez en mi mente, yo estaba absorta, me senté en la cama de Piper y acomodé mi cabello. Quizás en el camino encuentre lo que busco, al azar, viviendo el día a día de puras emociones.

— ¿Entonces, cariño que dices? ¿Vendrás conmigo cuando acabe el año escolar? — tomó mi rostro entre sus manos mientras me preguntaba de nuevo.

— De verdad ¿quieres irte conmigo? — pregunté con ilusión — ella asintió rápidamente — Y... ¿Qué haríamos? ¿Cómo seriamos libres? — quise saber.

Ella con la sonrisa cínica que tenía se sentó frente a mí, acomodó su cabello tras sus orejas y me empezó a relatar su tan mencionado sueño, donde al parecer yo ahora estaba incluida.

— Bueno, yo tengo una buena cantidad de dinero en mis cuentas, también estoy ahorrando lo que gano aquí, es suficiente como para viajar por varios países, luego nos podemos quedar un tiempo en Europa — yo elevé la ceja sorprendida de esas ideas tan pretenciosas — tengo algunos contactos, puedo trabajar como bailarina, ganaría mucho dinero y me encantaría que tú estuvieras ahí para acompañarme — hasta el momento todo se trataba de ella — compraríamos una casa en un ambiente agradable y tendríamos sexo como locas, visitaríamos muchos lugares, museos y todas esas cosas que te gustan, ¿no te parece genial? — me preguntó con una flamante sonrisa en su rostro.

— ¿Y si la gente nos pregunta que somos? ¿Qué vamos a decir?

Ella bajó su mirada y movió sus manos en señal de tensión.

— Turistas, amigas, no sé, no es importante Alex, somos un par de mujeres que disfrutamos nuestros cuerpo, nos gusta lo que tenemos, no queremos ningún compromiso y ya — ella reviró los ojos, hablaba por ella, no por mí, yo no veía las cosas de esa manera — ¿entonces vienes conmigo? — insistió.

Le dediqué una sonrisa llena de ironía, en la que traté de ocultar la tristeza de mi corazón. Nunca habíamos hablado si yo quería un compromiso, era muy egoísta al pretender intuir que era lo que yo quería con ella.

— No, de ninguna manera — la miré a los ojos muy segura de mi misma — no me voy contigo, huir es tu sueño, no el mío, Piper — mi expresión era neutra, afortunadamente estaba controlando mi ansiedad.

Ella suspiró contrariada por la seguridad con la que me negué a su absurdo y egoísta plan.

— Alex, plantéatelo, no te cierres, aquí estás prácticamente sola. ¿Qué haces aquí? — me cuestionó frustrada.

— Así como tú tienes tus razones para irte, yo tengo mis razones para quedarme.

Ella se sentó a mi lado con los brazos cruzados, la miré con el rabillo del ojo y estaba visiblemente enojada. Nos quedamos en silencio un rato. Me dolía mucho su egoísmo, le conté lo que quería para mi vida. Sin embargo ella vino a ofrecerme algo incierto, algo que no era verdadero, algo que lo había tenido muchas veces en mi vida, sexo, diversión, libertad, quise volar tan alto que caí en el fondo y apenas trataba de escalar a la superficie. Suspiré y me dije para mí misma — maldito el momento en que vino aquí, maldito el momento en que la besé, maldito el momento en que le entregué mi corazón a una desconocida.