CONTIGO O ¿SIN TI?

Sex On Fire

"Vamos a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones, y siempre seremos felices... La conciencia no es la voz de la naturaleza, sino sólo la voz de los prejuicios."

Marqués de Sade

POV: Alex Vause

El demonio rubio al parecer necesitaba un escarmiento para desistir de calmar sus bajas pasiones conmigo. No es que no lo quisiera, admito que la deseaba, pero no de la manera que ella quería, no en la situación en la que ella estaba, ¿me quería de amiga o de amante?

Desde que le dejé claro que no necesitaba de ella habían pasado dos semanas, en esas dos semanas, descubrí algo en Piper que me atraía profundamente; su hermosa sonrisa y su increíble capacidad de mostrarse alegre frente al mundo mientras por dentro tenía heridas que buscaba sanar bailando, alejándose de su círculo, conociendo nuevos amigos, entre ellos aparentemente estaba yo.

Me sorprendió saber que Piper fue una niña que sufrió bullying en la adolescencia, que tuvo carencias económicas y afectivas. Comprendí que no todo lo que brilla es oro, que para llegar a serlo, hay que pasar por un proceso muy duro. Ella había sufrido para llegar a ser ese demonio sensual y exitoso que era. Eso me dio la confianza para decirle que sí, tenía razón, yo no era la profesora que llevaba mejor lo votos religiosos, pero estaba intentando ser una buena mujer. Sin embargo en ese tiempo tratando de ser amigas estaba extrañando su acoso, empecé a desear sus besos, entonces la confundida era yo, ¿la quería de amiga o de amante?

El arrebato importuno de tu cuerpo me quema,

me quema a mí que soy infierno.

quiero saciar mi sed bebiendo de tu savia.

Derrama el fuego de tu vientre sobre mí,

muéstrame que se siente probar el cielo,

los deleites carnales y la pasión desmedida.

El corazón de mí bajo vientre te proclama,

¿eres mi ángel de la guarda que se adueña de mi alma?

O ¿eres mi demonio perfecto para lamer mi fuego?

En palabras sencillas, mi ángel, mi demonio

mi salvadora y mi perdición.

FIN DE POV

Eran las 11:30 de la noche, avanzadas horas de la noche para que un par de profesoras estuviesen sentadas charlando una frente a la otra en un sillón junto a la ventana del cuarto que compartían. Sus conversaciones siempre eran de temas triviales, pero llegaban a un punto que ni una ni la otra sabía que decir y simplemente lo dejaban, pero ese día estaba siendo diferente.

— Wow, Alex te veo y no creo que hayas tenido sexo en los baños de este colegio cuando eras adolescente — la rubia analizaba profundamente los ojos de su compañera.

— Son etapas que se deben recordar de manera positiva — se encogió de hombros.

— Mi colegio era estatal y los baños eran muy sucios, no creo que sería agradable tener algo ahí — refirió Piper.

— ¡Vaya! Y ahora eres parte de la familia más importante de New York, eso sí es superarse — el tono de Alex era sarcástico.

— No es tan genial como parece, soy la maldita madrastra de tres idiotas que me odian, porque creen que destruí el matrimonio de sus padres — confesó frustrada.