Como Zorth la indicó que le esperase fuera Ana camina por el pasillo que es en sentido ascendente, este es algo oscuro y más comparada con la sala de duelo, ve varias puertas por el camino pero al no señalar nada Zorth presiente que tiene que seguir derecha hacia la puerta que ve al fondo y se vislumbra algo de claridad distinta a la que se percibe en el interior del pasillo. Cuando traspasa esa puerta descubre que la esfera de duelo se ubica en el interior de una montaña pues al salir por ella se encuentra en la superficie y ve que tras ella hay una sierra, fuera solo hay dos antorchas señalando la entrada y lo demás está oscuro, dirige la mirada a su derecha donde descubre otra entrada mayor que donde ella se encuentra, también está iluminada pero además de una a cada lado de la entrada tiene tres en la parte superior y en ella hay mucho movimiento de reptilianos saliendo por ella y barullo de la charla entre ellos, empiezan a emerger luces cerca de esa entrada y Ana descubre que la mancha negra que ve al fondo son naves de forma triangular o cilíndricas y sus dueños empiezan a activarlas para marchar a sus casas, o en este caso, grutas.
De repente el cielo se ilumina con una luz naranja, todos miran a hacia arriba de forma rápida para averiguar que emite esa luz, esa luz es fuego y con su fulgor ilumina a su detonante, un gran dragón rojo de ojos amarillos que pocos recuerdan de las leyendas como Amungu wana. Ese dragón no está solo, baila con otro muy parecido a él solo que sus escamas son amarillas y sus ojos verdes, parece expulsar por su boca un gas inflamable que lanzando una ráfaga al aliento de Amungu aumenta el fuego con una explosión; más sorpresas se presentan al emerger rayos en un cielo despejado, un enorme dragón azul surca los cielos y con cada alarido que suelta lo acompañan rayos y truenos que salen por su boca, tras él vuela un dragón verde que chilla a su par y genera un viento que alza pequeños tornados de tierra, Ana no distingue si la arena la lanza el mismo dragón pero lo que si sabe es que se sentirá más segura si entra de nuevo al pasillo aunque asome la cabeza para cubrir su curiosidad. Aún hay más, en un planeta tan cálido como parece ser Nëmura se acerca un viento gélido, el hielo cae a chorros pues viene volando un precioso dragón blanco acompañado de uno negro que parece que genera la lluvia por sus fauces, los seis dragones reunidos bailan y se entrelazan unos con otros, creando no solo un precioso baile si no también una extraña climatología en ese punto, Ana aprieta la roca que hace de jamba de la puerta de entrada mientras respira algo alterada sin saber si eso en ese mundo es normal pero tras quedarse alucinada y refugiarse al aparecer los dragones se fija en que los reptilianos que están en la otra entrada señalan a los dragones con gestos y movimientos que demostraban que no lo era, que era algo inaudito, de hecho muchos se arrodillan ante ellos y gritan palabras al cielo que por la lejanía a la que se encuentra Ana no llega a entender.
-¡Ana! ¿Qué pasa?- Se escucha la voz de Zorth a su espalda provocando que pegue un pequeño salto en el sitio pues no está tranquila con lo que está viendo, espera a que llegue que no tarda por que viene corriendo y ella le abraza mientras exclama contenta pues le alegra que aparezca:
-¡Zorth!-Mirando hacia arriba declara:-No si aquí es normal pero para mi...es raro y los demás también parecen sorprendidos.-Zorth se asoma extrañado y mirando hacia arrima exclama sorprendido apretando a Ana contra él:
-¡Por todos los dioses!¿¡Esto qué cuernos significa?!-Ana mira seria a Zorth pues el gesto que muestra es de desconcierto, lanza una fuerte exhalación y andando hacia el exterior junto a ella susurra:-Vayamos un poco afuera, quiero ver mejor.
Al salir al exterior de la montaña los dragones descienden frente a ellos, cuando esto pasa Ana se arrima más a Zorth y aprieta ligeramente la ropa que lleva pues ha visto lo que pueden hacer, además son grandes, fuertes, realmente magnánimos y la impresionan aún más al verlos de cerca, Zorth los mira serio y se tensa pues no entiende lo que pasa, algunos de los que se encuentran en la otra entrada van hacia ellos con antorchas sobretodo para saber que sucede. Los dragones se ponen en fila unos al lado de los otros, frente a Zorth se sitúa Amungu Wana que observa a Ana y mirando a Zorth pregunta de forma telepática pero de tal manera que a todos les llega la comunicación:
-¿Esta es?-Zorth afirma, observa todos los dragones y mirando a Amungu declara serio:
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En las estrellas
Science FictionAna se despierta en una habitación extraña al lado de un atractivo joven rubio, este resulta ser un comandante de una flota estelar y se encuentran dentro de una gran nave espacial. Ana que no sabe ni donde está, ni quien la acompañar lo primero qu...