Capítulo 28

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Ana ya está en su dieciochoava semana de embarazo y sigue sin recuperar la memoria, dejó de lado sus miedos y desconfianza hacia Zorth haciendo caso al gran dragón rojo e intenta disfrutar de los placeres, diversiones y servicios que la ofrece Nëmura; aunque ya abulta un poco su vientre y el bebé ya está más formado todavía no se ve claro por lo que siguen si saber si es macho o hembra. El pequeño Anzu se ha adaptado enseguida a su nuevo hogar y aunque Ana lo ve más como un adolescente peludo este se comporta como una mascota cosa que parece gustarle y se comporta tan divertido y obediente con todos los de palacio que también Zorth parece haberle cogido cariño y es más, demuestra que se alegra de haber hecho caso a Ana y haber dejado con vida a ese pequeño ladronzuelo de Merak.

En este día Ana y Anzu se encuentran en Däger visitando a Ashi dak mere para ver como se encuentran ella y su huevo, al poco también llega Amungu por lo que los cuatro tienen una amigable conversación. En esta ocasión Ana ha llevado una tela grande para no sentarse sobre el césped, Anzu , ese gran perro humanoide de pelaje blanco y negro y ojos marrones, se ha acurrucado a su lado y se ha dormido apoyando su hocico sobre la rodilla de ella por lo que Ana mientras habla acaricia el pelaje de Anzu sintiendo su suavidad, Amungu y Ashi también se han relajado a la orilla de la laguna, ambos están echados uno al lado del otro mostrando así la diferencia de tamaño siendo la dragona ligeramente más pequeña que Amungu y se encaja acurrucada entre las patas delanteras y traseras de este.

Anzu de repente comienzan a mover sus patas mientras duerme imitando a correr, Ana lo mira con una sonrisa mientras comenta siguiendo con sus caricias:

-Parece que se está soñando con algo movido.

-Así es, está dando tanto de sí en esa dimensión que lo transmite a esta,-declara Amungu.

-Se le ve tan tierno así,-comenta Ashi admirando al cánido.

Ana entonces deja de acariciar a este, se separa de él de forma brusca poniéndose de pie provocando que este se despierte y bostece mirándola extrañado, no es el único pues los dragones también forman gestos de incomprensión en sus rostros, Ana observa todo confundida, entonces mira hacia abajo y llevando una mano a su espalda murmura :

-¿Por qué tengo este cuerpo?

Tras esa cuestión que realiza pensativa se queda mirando al infinito con los ojos muy abiertos e inmóvil, Ashi dak mere y Amungu la llaman cada vez más alto y preocupados al ver su extraño comportamiento y más por que no entienden que está pasando. Lo que está sucediendo es que Ana la capitana ha regresado y no entendía donde estaba ni que hacía allí pero en este momento de mirada perdida está recordado todo lo que había vivido su parte terrestre, es decir, desde el momento que amaneció al lado de Aszar sin saber quien era este hasta el instante que miraba como Anzu dormido parecía correr en sueño profundo.

-No me lo puedo creer,-farfulla llevando una mano a su rostro cuando todo ya ha cobrado forma dentro de su cabeza.

-Ana ¿Estás bien, pequeña?-Pregunta la dragona preocupada, al ver los gestos de querer ponerse pie de la dragona Ana alza una mano y responde:

-No te levantes, por favor.-Bajando la mirada junto con su mano declara:-Estoy bien, solo que... he recuperado la memoria y mi conciencia cósmica se tenían que poner al día.

-Bienvenida,-indica Amungu con un gesto manteniendo su pose relajada de nuevo al descubrir lo que realmente estaba sucediendo-¿Algo que desees aclarar? Pregunta lo que quieras, estamos a tu disposición en estos momentos como puedes observar.

-¿De verdad me he casado con un reptiliano? Además no solo con un reptiliano si no que encima es draconiano.-Los dragones muestran sonrisas al apreciar un tono divertido en Ana.-Y no solo eso si no que encima ¿Estoy embarazada de ese draconiano?

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