El embarazo de Ana avanza y ella sigue sin recuperar la memoria, se hace estar en ese planeta lleno de reptilianos pero echa de menos a su familia de la Tierra y muchas cosas de ese planeta, su planeta origen, que ahora percibe tan lejano.
Ya está en la treceava semana de embarazo, ven que el tiempo de embarazo se rige más por los tiempos de Nëmura por lo que para Ana ha pasado más tiempo de la Tierra aunque ella tampoco lo percibe mucho, el médico personal de los reyes con conocimientos humanos, Siecres, lleva el control del embarazo y el estado de Ana en general y sus síntomas, hoy en la revisión observan que como evoluciona correctamente pero aún con las ganas que tiene Zorth por saber el sexo todavía no se ve ya que los genitales no están totalmente formados.
Están en la habitación real que han cambiado a una de las plantas de la superficie por gustos de Ana pero no está situada a demasiada altura, en esta habitación de piedra, material que está formado prácticamente todo en ese castillo, hay una cama enorme como en la anterior que cabrían perfectamente unas cuatro personas, en la pared del cabecero de la cama está situada la corona de flores de la ceremonia de duelo que no pierde su color, en un lado junto a la pared hay una mesa de escritorio con un par de pequeñas máquinas extrañas encima y una silla, ambas de piedra, y esta tiene un cojín de hojas para que esté mullido al ocupar asiento. La habitación tiene una ventana que da al exterior tapada con una cortina de lianas, en la pared que queda libre se percibe las hendiduras en la roca que tras esa puerta corrediza se encuentra el armario más amplio que en la habitación anterior porque ahora también está la ropa de Ana y sus complementos además de la ropa y zapatos de Zorth.
Cuando el médico marcha de la habitación real Zorth posa una mano en el vientre todavía poco abultado de ella y pregunta alegre acariciando esa parte:
-He pensado que si es niño llamarlo Aban y si es niña Abna ¿Te gusta? Sería Shamsich Aban o Shamsich Abna ¿Qué te parece?-Ana se encoge de hombros y decaída responde:
-Si va a vivir en Tanur Nargulan es mejor que tengan un nombre de aquí, de Nëmura. Que importa si quiero llamarlo José si es niño o María si es niña, si nadie lo va entender y serían nombres muy raros en este planeta.
-Si quieres ponerle un nombre de esos puedes, también es tu bebé ¿Qué te pasa, mi reina?-Pregunta acariciando el rostro de ella:- Siento que no tiene nada que ver con los nombres.-Ella de forma delicada aparta la mano de Zorth que lo deja confuso y mirando a otra parte responde:
-¿Hiciste algo para que el embarazo tuviera efecto? Me refiero a algo más que tener sexo. Desde el minuto uno tú parecías muy dispuesto a ello, como si deseases ser padre a un nivel desesperado y siempre has contado como si esto,- se señala el vientre,-pudiera ser.
-¿Hay algo de malo en querer ser el padre de tus hijos?-Pregunta confuso.-¿Si hice algo? Solo te inyecté vitaminas y algunas hormonas, todo muy natural que nada afecta a que mi espermatozoide fecundase tu óvulo, eso fue cosa de la naturaleza. Algo normal, algo que puede pasar al practicar el sexo.-Suspira calmándose por que se estaba alterando un poco y pregunta serio:-¿A dónde quieres llegar, Ana?¿Por qué me preguntas eso?
-Por que pienso que sabías que si estoy embarazada de ti no podría entrar a la Tierra y me tendría que quedar contigo. Creo que lo forzaste para que me quedase contigo y no volviese a mi planeta.
-No voy a negar que me gusta que estés a mi lado y tampoco que tenía conocimiento de eso pero ya te he dicho que no forcé nada. De todas formas cuando des a luz puedes ir a la Tierra si es lo que quieres,-responde serio.
-¿Y mi hijo o hija qué?¿A qué no va a poder ingresar a la Tierra?-Zorth niega.-¡¿Piensas que puedo abandonar así de fácil?!-Zorth niega de nuevo y replica:
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En las estrellas
Science FictionAna se despierta en una habitación extraña al lado de un atractivo joven rubio, este resulta ser un comandante de una flota estelar y se encuentran dentro de una gran nave espacial. Ana que no sabe ni donde está, ni quien la acompañar lo primero qu...