Dia 1: Mimos

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HunHan

Luhan usualmente era un chico tranquilo, tenía un carácter un poco fuerte cuando algo no iba como lo planeaba, pero intentaba mantener la calma ya que las personas a su alrededor no tenían culpa de sus problemas

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Luhan usualmente era un chico tranquilo, tenía un carácter un poco fuerte cuando algo no iba como lo planeaba, pero intentaba mantener la calma ya que las personas a su alrededor no tenían culpa de sus problemas. Pero debía admitirlo; aquel día iba de la mierda. 

En la mañana su despertador no funcionó o tal vez lo apago dormido y se termino despertando tarde, no desayuno y perdió su primera clase del día por ello. Un perro le mordisqueo el bolso cuando estaba sentado en una banca terminando una tarea y se lo reventó, haciendo que tuviera que cargar con todas sus cosas en sus brazos. Como había salido rápido de casa olvidó su billetera y no pudo comer nada para el almuerzo y finalmente perdió el bus de regreso a casa.  Quería llorar, de verdad quería llorar. 

—¿Luhan?.—escuchó la voz neutra de la persona con la que compartía piso, esa persona que tanto amaba incondicionalmente. 

—Hola Hunnie.—sonrió débilmente al chico que se acercó a él a pasos rápidos. SeHun y él eran novios desde hace dos años, habían decidido vivir juntos hace uno y no podía ser más feliz de tenerlo allí.

—¿Esta bien? ¿Que le pasó a su mochila?.—SeHun tomó la bolsa rota por aquel perro, viéndola algo confundido, aunque aún conservaba esa cara de póker que le daba risa al más pequeño en estatura, pero no podía reír, solo pudo suspirar al recuerdo de su pésimo día. 

—Hunnie...—le llamó en un suspiro, recostando su frente contra el pecho de su novio quien le rodeó calmadamente, acariciando los cabellos de su nuca con cariño. 

—¿Quiere comer hyung? KyungSoo hyung me dio algo de comida para el almuerzo, lo hizo en sus clases para todos.—Luhan solo asintió, separando un poco de SeHun para mirarle, recibiendo por igual aquella indiferente mirada.—Entonces lo pondré en un plató para que podamos comer.—Luhan asintió bajando su cabeza, pero la volvió a subir cuando SeHun lo obligó a hacerlo por su barbilla y unir sus labios en un dulce y algo corto beso, solo una simple presión que hizo suspirar al mayor.—Bienvenido a casa hyung...—susurró antes de sonreír amablemente y dirigirse a la cocina. 

Si, Luhan amaba sin duda alguna a su inexpresivo, algo tonto pero amoroso novio. 

Comieron en una pequeña charla sobrellevada por SeHun que comenzó contándole sobre su día en la universidad y como luego acompañó a KyungSoo a ver que preparaba para su clase de cocina. Luego fue liderada por Luhan quien se deshizo en suspiros, hablando de su mal día ya que se había quedado dormido por la mañana y todo había ido de mal en peor.  SeHun estaba preocupado, su novio sin duda se veía cansado y estresado por aquel día lleno de mala suerte, quería consentirlo hasta que se sintiera mejor; y no dudo en hacerlo. Cuando terminaron de comer dejó los trastes para lavar luego y se acercó a Luhan, cargándolo como a una princesa, provocando que se sujetara a su cuello y riera débilmente. 

—Usted necesita descansar hyung.—comentó SeHun, dejando al mayor en la cama y taparlo con las sábanas. 

—Hunnie... Quiero mimos...—el menor se le quedó mirando, no era común que su mayor actuara como un niño, él era muy maduro y serio en muchas ocasiones, verlo así le daba mucha ternura, y aún más al verlo hacer un puchero y removerse bajos las sábanas. 

—¿Que haces hyung?.—la respuesta vino con unos pantalones y ropa interior volando fuera de la cama haciéndolo parpadear confundido. 

—Hunnie~ .—cayó en la cama por los brazos de su novio cuando se enredaron en su cuello, dejando sus rostros sumamente cerca y que lo hiciera suspirar.—Hoy fue un día muy agotador... 

—Está bien hyung...—suspiro rendido para dejar que su sonriente novio le sacara la camisa hasta tirarla a un lado.—¿Por que quieres sacarnos la ropa?.—rió divertido al ver cómo bajaba torpemente sus pantalones. 

—Porque quiero sentirte completamente contra mi.—el menor enrojeció ante la sinceridad de su novio, ¿que se esperaba? Su novio cuando estaba así no pensaba mucho las cosas. Dejó que le sacara lo que le quedaba de ropa para cubrirlo con las sábanas y dejar que él le quitara su camiseta, quedando ambos completamente desnudos. 

—Hm... Hyung es muy pequeño entre mis brazos...—susurro cuando tuvo al mayor entre sus brazos en un cálido abrazo antes de acariciar con la punta de sus dedos toda la columna de este quien suspiro complacido. 

—Es porque Hunnie es muy alto...—respondió en un susurro, depositando besitos cariñosos en su pecho sin dejar de abrazarle. 

—Aún así eres precioso Lulu.—el mayor rió suavemente cuando empezó a dejar besos en su cuello causándole algo de cosquillas, aunque un jadeo escapó de sus labios cuando sintió el pulgar del menor presionar en su abdomen cuando a una suave mordida en el hueco de su hombro y cuello.—No te preocupes por el día de hoy... Solo fue un mal día... Mañana todo estará mejor... ¿Si?.—Luhan asintió en un suspiro, acariciando los cabellos de la nuca de su pareja. 

—Te quiero mucho Hunnie...—SeHun le sonrió para besar sus labios dulcemente, aún acariciando los costados de su delgado y precioso novio. 

—Yo también te quiero mucho Lulu...—susurró sobre sus labios, deslizando sus manos por el cuerpo menudo hasta llegar a sus muslos, pasó la pierna izquierda del mayor por su cintura para apegarlo lo más posible a su persona, acariciando cada rincón de piel a su alcance. 

Siempre pensó que la piel de Luhan tenía la suavidad de la porcelana más fina, tan delicada como una copa de vidrio fina y apretable, dándole a su mano la sensación de apretar una nube. Sus labios eran suaves y dulces como algodón de azúcar, se le antojaba devorarlos todos los días sin descanso. Sus ojos destellando como estrellas, creía que la estrella más brillante del cielo no se comparaba con los hermosos ojos de ciervo de su novio.  Lo amaba, sin duda lo amaba. 

—Hunnie...—jadeo el más pequeño cuando el más alto apretó con algo de fuerza sus muslos y luego sus glúteos, dándole una pequeña descarga de placer por ello. 

—Lo siento...—susurro, besando la frente del mayor antes de abrazarlo para que descansara sobre su cuerpo.—Debería dormir hyung... Debe estar muy cansado del día de hoy...—este asintió, acomodándose sobre el cuerpo del menor, dejando una de sus piernas pasando por sobre el abdomen de este y su cabeza apoyada en su pecho.  Luhan sonrió suavemente al sentir como seguía acariciando su pierna con parsimonia y los cabellos de su nuca, creándole una enorme calma que sin duda no había sentido en ningún momento de aquel pesado día. 

—Te amo...—susurro, a nada de tomar las manos de Morfeo y sucumbir al mundo de los sueños.  —Y yo a ti Lulu...

30 Days of SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora