Dia 29: Con Comida

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KaiSoo

KyungSoo de verdad se preguntaba porque era incapaz de entender que se debía comportar en ocasiones

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KyungSoo de verdad se preguntaba porque era incapaz de entender que se debía comportar en ocasiones. Que debía cerrar la boca y mantenerse al margen. Había perdido la cuenta de las veces que JongIn lo había castigado por decir cosas inapropiadas frente a las personas indebidas o dicho las mismas a estos mismos. 

Estaba mal, ¿por que no aprendía?. 

—¡Quédate quieto!. 

—¡Ngh!.—KyungSoo cerró sus ojos y arqueó sus cejas con dolor, placer y nervios mezclados en su interior. 

—Si lo tiras, te castigaré peor.—KyungSoo suspiró, recostando su cabeza de lado en la barra para volver a ver lo que JongIn hacía a su lado. 

Dios, se sentía tan avergonzado. 

—No lo tires.—KyungSoo negó como pudo, viendo como JongIn se alejaba de la barra con una bandeja llena de papas picadas. Tembló al sentir un líquido deslizarse por su muslo nuevamente, estaba frío al igual que las verduras sobre su espalda. 

Porque si, su castigo era que al parecer era la nueva mesa en la cocina de JongIn. 

—Bien, ya está.—KyungSoo jadeo cuando los dedos ajenos se deslizaron por su espalda baja, acariciando superficialmente su trasero con la punta de sus dedos.—Ahora, pequeña zorra.—KyungSoo arqueó sus cejas nervioso, temblando cuando un dedo lleno de algo se deslizó en su interior, acompañando el pequeño vibrador y el estúpido pepino que había metido en su interior hace un buen rato.—Creo que has tenido suficiente castigo, pero quiero seguir jugando contigo. 

—Ngh...—KyungSoo jadeo cuando el dedo con el vibrador salieron, pero sus jadeos de placer salieron a la luz cuando empezó a mover la verdura como si fuera un maldito dildo. Era extraño, porque estaba muy frío de la nevera y era muy liso. 

—Te vez lindo, apetecible, te llenare de chocolate y crema.—JongIn rió, relamiendo sus labios antes de sacar eso de su interior, vertiendo casi de inmediato sirope de chocolate por su cuerpo, dejando que se deslizara hasta su entrada.—Precioso... 

—JongIn quería saber si-. —KyungSoo encogió sus hombros con vergüenza, temblando bajo el tacto del moreno.—¿Que haces?. 

—¿Que haces tu? ¿Acaso no te enseñaron a tocar o eres idiota, Ten?.—el chico hizo un puchero ante el tono tosco del moreno. 

—Solo quería saber si tenías la información del estafador que tenía que asesinar. Creo que la dejé aquí cuando me lo encomendaste.—Ten miró de reojo como JongIn movía sus dedos en el interior de KyungSoo quien jadeaba y se retorcía por ello, lloriqueando de la vergüenza que sentía al ser visto.—¿Por que tiene comida encima?. 

—No es tu puto problema. La carpeta está en mi oficina. Tómala y lárgate antes de que decida amarrarte a una cama y darle algún afrodisiaco potente a Johnny. 

30 Days of SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora