capítulo 32

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No sabía que estaba haciendo ahí, me sorprendía y me extrañaba verlo en la casa después de muchos años. Había días en los que no recordaba que tenía papá y ahora esa tranquilidad y paz se me había desvanecido al verlo de nuevo.

El se levantó y acomodó su ropa, estaba bien vestido, estaba vestido con un Jean  y una camiseta de botones, también traía una chaqueta; Se veía joven, no tanto como mi mamá pero ambos se veían jóvenes.

No sabía en que pensar, los colores chocaban unos contra otros, en especial el color naranja con el rojo dando así como resultado el anaranjado ; era confuso para mi ese matiz de colores ya que nunca los había visto juntos y menos en una sola persona. Había hecho una mueca de confusión por eso, en medio de mi confusión pude notar que el también hacia una mueca fe extrañes y confusión. Ambos cambiamos esas excepciones al notar que las teníamos.

— Mark, hijo.— escuche su voz gruesa, voz que hace un lustro no escuchaba, a pesar del grosor en su tono en realidad era bastante agradable de escuchar. Me abrazo, posando sus brazos sobre mis hombros; sentía seca mi garganta y un sudor frío recorría mi frente. Observe a mi madre de soslayo, ella se abrazaba  a si misma esperando que yo no ahuyentara a mi padre. Correspondi su abrazo después de unos segundos aún estando sorprendido.

— ¿Qué haces aquí?—Pregunté en busca de respuestas concretas ¿Por qué se le había ocurrido aparecer después de tantos años?

— Quería verlos, quería saber que mi campeón esta bien.— No había pensado que necesitaba volver a escuchar eso, me aferre yo a el esta vez sintiendo el calor de su cuerpo.  Él nunca fue un mal padre, el siempre vivió el Estados Unidos y casi nunca podía salir del país, la última vez que lo había visto en persona fue hace cinco años y en fotos hace un año, hablábamos por video llamada y llamadas pero nada como verlo en persona.

— ¿Ya no te irás de aquí?— pregunté con los ojos brillosos, iluminados por las lágrimas que amenazaban con salir. Lo vi negar y ahora beso mi frente.

— recuerdo el olor del otoño la última vez que te vi, cuando tenías diez añitos.— ¿Olor del otoño?. Me quede pensando en eso por varios segundos analizando lo que había dicho, me parecía curioso que dijera algo así de imposible. Entonces recordé sobre mi Sinestenia y se me vino a la mente algo.

—  ¿Olor del bosque? — Fue lo único que pudo salir de mi boca, ya que estaba procesando la idea de que mi papá tenga sinestesia.

— Si, olor al bosque, un ambiente bastante frío pero acogedor.— respondió con su sonrisa intacta.— sigues teniendo el mismo olor de cuando eras bebé

Mire a mi madre la cual me miraba con ciertas expectativas, me escondía algo, conocía esa cara.

— ¿Tu tienes...-?— no pude terminar de hablar cuando había sido interrumpido.

— Sinestesia.— me confirmó. Sentía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar y expresar lo que sentía. Papá tenía Sinestenia y mamá nunca me dijo que lo tenía. Yo no lo recordaba, No recordaba casi nada de él y menos que tuviera lo mismo que yo pero de diferente manera. Mamá se nos acercó y jugando con su pulsera nos miró con atención, y a mi con leve pena.

—¿L-lo sabías verdad?—Asintió. Me sentí extraño. Tantos años preguntándome de donde había sacado este extraño trastorno cuando mi propia mamá me lo había ocultado. Me sentí apuñalado por la espalda, me sentía traicionado por alguna razón. Mi padre nos miro a ambos.

— Yo iré a la sala, creo que necesitan aclarar ciertas cosas, Markie, yo creí  que lo sabías.— Le sonreí a mi padre, no era su culpa que yo no supiera la verdad, No se si culpar a mi madre ya que no quería que se sintiera mal. Él se fue de la cocina dejandonos solos a ambos, ella se notaba nerviosa y no quería que se pusiera mal por mi culpa.

El chico de los colores || MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora