El Mundo y sus tantas Leyendas (terminada).

103. El ferrocarrilero sin cabeza.

La leyenda nace en Culiacán, Sinaloa de este bello México la cual cuenta que las estaciones de ferrocarril son un semillero de muchas historias de miedo en México, en donde muchas personas aseguran que se les ha aparecido el fantasma de una ánima que está penando durante la noche, que aparecen caminando por las vías del tren.

Cuentan las familias de ferrocarrileros de Culiacán, que vivían a escasos metros de la antigua estación de ferrocarril en lo que se conocía como el barrio de La Redonda, que muchos de ellos se les había aparecido un hombre sin cabeza, cuando en la madrugada se levantaban a preparar sus alimentos, que sus esposos o familiares se iban a llevar en el camino.

Una abuelita narró a muchas personas que ella había sido sorprendida por esa ánima que deambulaba por las vías del tren, cuando ella estaba lavando su rostro y ya la secaba se percató que tenía enfrente al hombre sin cabeza, quien dijo que ella enfermó por varios días al ver la espeluznante escena de tener a ese fantasma enfrente de ella.

Los viejos trabajadores del ferrocarril muchos de ellos ya fallecidos contaban a sus hijos, que el ánima que se aparece en las vías de la antigua estación del ferrocarril, a escasos metros del Palacio de Gobierno de Culiacán, se trata de un trabajador del sistema ferroviario que en los años cincuenta había muerto en unas de las vías cercana a este lugar.

Es importante recordar que muchos trabajadores vivían en un carro conocido como cabús, que era el último vagón del tren, y que tenía la tarea de realizar los cambios en las vías cuando pasaba el Ferrocarril Central Mexicano, cuyo trabajador en ese día acudió a una fiesta, al parecer una boda y como era costumbre en esa época, cuando las parejas se casaban.

Y se hacían convivios bastantes prolongados, en donde se ofrecían comidas, cenas o desayunos; aunado a que se ofrecía alcohol, mezcal o hasta cerveza; se menciona que el ferrocarrilero comenzó a beber desde el mediodía lo que se ofrecía en la fiestas, comió, bailó y tomo alcohol; posteriormente siguió la fiesta y bailó toda la noche para seguir bebiendo.

 Lo que se servía a los invitados cuando el trabajador recordó que debía realizar los cambios de vía que se hacían en la noche, y sumamente borracho se retiró del lugar para atender sus deberes, los cuales atendió lo que tenía que realizar y como estaba muy cansado, pensó que era un buen momento para descansar y estar listo para el nuevo paso del tren.

Que según dicen pasaba en la madrugada y luego iba a seguir con la fiesta sin ningún pendiente pero la desgracia estaba por suceder y a los minutos de estar sentado a un costado de la vía del tren, se le ocurrió recostar su cabeza sobre el riel y quedó profundamente dormido, en donde ese metal le sirvió como almohada.

Pasaron las horas y el hombre nunca más despertó, el tren pasó y cuentan que le cercenó la cabeza y nadie escuchó lo que ocurría, debido a que únicamente se escuchaba la música en la oscuridad y a las horas, personas que pasaban se encontraron el cuerpo del trabajador del ferrocarril ya frío, estaba tirado a un lado de los rieles del tren y su cabeza entre los durmientes.

El cuerpo decapitado y finalmente les dieron la cristiana sepultura, a partir de este suceso, dicen que el fantasma del ferrocarrilero se aparece en las vías del tren siempre ahí en ese lugar que recorrió, porque es una alma en pena que se mueve durante la oscuridad; claro que otros suelen decir que son muchas personas que han perdido la vida en las vías del tren.

Sin embargo algunos desconocidos, otros identificados solamente como trampas o quizás migrantes en su paso por Culiacán que han perdido la vida; lo cierto que aseguran que aparecen fantasmas como del infortunado ferrocarrilero que camina con su alma en pena, y se les aparece el puro cuerpo sin la cabeza.

En su camino cuando se encuentra con gente viva, solamente ven el cuerpo decapitado y con su cabeza que es llevada en la mano derecha colgando, cuando muchos que han visto al ferrocarrilero o más ánimas y casi mueren de susto o terror, es por es que las vías de la antigua estación de ferrocarril lucen tenebrosas ante la aparición del hombre sin cabeza.