35. El Familiar - Argentina.

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Esa historia proviene de un poblado de Argentina y su leyenda cuenta que los patrones de los ingenios, para hacerse más ricos, para tener más suerte y abundancia, realizan un contrato con el Familiar, que es el diablo que cada año le ofrecen un peón de los que llegan a la cosecha, para que se lo coma dichos dueños tenían en la fábrica un cuarto oculto donde vivía el Familiar es allí enviaban a la gente a buscar herramientas; pero ninguno de los que entraba volvía a salir.

Este ser diabólico aparece como un perro enorme, feroz, siempre al acecho de cualquiera que pase; o como viborón negro con ojos de gatos y cerdas en la cabeza sin embargo se recomienda no matar a las víboras negras que se encuentren, porque puede tratarse del Familiar (no son muy largas pero si gruesas, y a veces tienen cabeza de perro, como el Teyúyaguá de Corrientes). Aparece también como persona, mulita, cerdo o torito negro astuto.

Bajo este último aspecto, puede balar y el ganado lo rodea inmediatamente se lo ha visto cruzar de noche los cañaverales arrastrando una pesada cadena; nada lo detiene y atraviesa paredes o pantanos sin que nadie logre herirlo donde los numerosos ingenios de Tucumán, las grandes fincas de Catamarca y San Luis y los viñedos importantes en nuestro país cuentan todos con un familiar que hace parir a las vacas, reproducirse en abundancia las majadas y acrecentar riquezas.

 Además de comer hombres se alimenta con leche, menudos de vacas carneadas especialmente para él o grandes tachos de locro. Vive encerrado en sótanos donde se lo escucha gemir como un niño, en habitaciones ocultas en las casas o fábricas, corrales de pircas y, en su aspecto de víbora, puede habitar en petacas cuando el dueño se muere y no pasa el secreto a otro, como ya no atienden al Familiar ni le dan de comer, este se pierde y la fortuna desaparece.

Es común en los Ingenios, que con la ultima molienda de caña de azúcar, se arroje a los trapiches un muñeco que representa al obrero que los propietarios del Ingenio deben entregarle a Satanás, para así conformarlo y no llevarse a nadie más.

Por las noches o a la hora del sopor de la siesta, se podía oír un ruido extraño de cadenas que eran arrastradas, era el PERRO FAMILIAR, así le decía la gente en pocas palabras y cerraba puertas y ventanas, por si acaso. No era un animal corriente, era un PERRO muy grande, color negro con las pupilas rojas de sangre y furia. Era el Diablo para algunos o el PERRO del Diablo para otros.

El monstruo diabólico y misterioso tenía una particularidad, se llevaba a determinadas personas, a aquellos que atentaban contra el orden establecido, la seguridad, la tranquilidad del pueblo, los valores, las leyes, los derechos, la patria, Dios, la familia.

El Mundo y sus tantas Leyendas (terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora