El Mundo y sus tantas Leyendas (terminada).

93. La niña del Ángel.

Cuya leyenda surge en el poblado de Orizaba, del Estado Veracruz de la República de Mexicana, donde dicha historia habla sobre Anita, una pequeña que encontró la muerte apenas teniendo 2 años; la niña del ángel como es conocida en Veracruz, pues aquel relato cuenta que regresa todas las noche queriendo encontrar a sus padres y olvidando que su cuerpo ya no se encuentra físicamente en esta tierra...

Corría el año de 1908 cuando una bella familia conformada por mamá, papá e hija fueron invitados a Orizaba, Veracruz a celebrar la fiesta de unos de sus queridos parientes cuando todo iba de maravilla, hasta que la pequeña Ana, de apenas dos años de edad de repente desapareció de la vista de sus padres quienes pasaron algunos minutos antes de que unos gritos y un llorar aterrador se escuchara en la casa.

Los cuales eran de Anita que se encontraba envuelta en llamas después de que una veladora cayera sobre su vestido y sus angustiados padres hicieron de todo para sofocarlas, pero ya era demasiado tarde, la niña había muerto quemada y con una expresión de dolor en el rostro que nadie quisiera ver; desafortunadamente sin dinero para trasladar a la pequeña a Ciudad de México, sus papás decidieron enterrarla en el Panteón Juan de la Luz Enriquez.

 Ubicado ahí mismo en Orizaba, no sin antes mandar a hacer una escultura de mármol que representaría a Anita durmiendo en su cama y la cuál estaría vigilada por un ángel que a partir del entierro, cosas muy sospechosas empezaron a suceder, pues cuenta la gente que en muchas ocasiones la figura de mármol abre los ojos y te sigue hacia donde te muevas; que los vigilantes del cementerio también aseguran ver a Anita por las noches rondando el lugar.

 En busca de sus padres y en pocas ocasiones mencionan que un ángel la acompaña, sin embargo otro suceso interesante es que sobre la escultura siempre hay flores frescas, y es que a veces desaparecen de otras tumbas para después aparecer en la tumba de la niña; ya que existe una teoría que dice que Anita concede deseos a los niños, y cuando éstos se cumplen, el beneficiario debe acudir a dejar un juguete a la pequeña difunta.