Mi humor era de lo peor... bueno, mi humor había sido el peor desde hace medio año.
—Hola Cat— saludo Edith y sólo la miré, pobre, ella no merecía mis maltratos, pero sabía que se pondría a platicarme su día intentando alegrarme aunque no se lo pidiera— ¿Estas consiente de que nos graduamos en unos meses?— sonrió
—¿Cómo?— la verdad no había puesto atención a nada de lo que había dicho.
—Mañana empieza Mayo— explicó— si no tienes más exámenes y proyectos estoy segura de que puedes volver a casa ahora.— tenía razón, de hecho pude haber vuelto a casa desde abril, pero estaba evitando el momento.
—Oh... claro— asentí— me voy en unos días, sólo debo arreglar el cambio de mi trabajo de nuevo y sacar las cosas del departamento— ¿en qué momento pasó tanto tiempo? Comencé a hacer cálculos mentales sobre mi cantidad de materias y créditos esperando que no fueran suficientes para graduarme, pero no tenía tanta suerte.
—¿Quieres salir hoy? Parece que necesitas un trago... bueno dos... la verdad desde que volviste de Francia en noviembre lo parece— la miré mal, pero tenía razón
—Eres una gran amiga, no me gustaría dejarte— la abrace inesperadamente para ambas, ella fue todo lo que me quedó después de la visita de los chicos a principios de diciembre. No había vuelto a hablar con nadie desde ese fatídico día.
—No me dejarás, pediré un traslado a Francia, no es Pérouges, pero estaremos cerca— sonrió. Dios, está chica era un ángel encarnado.
Terminar exámenes, dejar el departamento y esperar dos meses para la graduación me separaban de mi maestría y eso me ponía bastante feliz, no podía creer que el tiempo había volado. Hoy estaba con Gabriela, pedí unos días de vacaciones en el trabajo en lo que se acomodaba todo de nuevo y mi hermana y yo, acostadas en su cama boca arriba, comíamos frituras y gomitas.
—¿Irás a ver a Chris?— preguntó de pronto
—¿Debería?— aún seguía molesta con él
—Es Mayo, gatito— se recargó en un codo mirándome.
—Lo sé— le afirmé
—No puedes dejarlo sólo— me regaño
—Él me dejó a mi sin problema— la miré— por una mujer— sonreí con burla.
—Creo que él necesitaba conocer a alguien más— lo defendió— alguien que no seas tú, Cat...
—¿Alguien que no sea yo?— me burlé
—Eres todo lo que tiene, él necesita más— tal vez estaba siendo una cabeza dura, tal vez mi enojo no me dejaba entender, pero sólo tal vez... mi hermana tenía razón.
Deje las maletas en mi cuarto una vez que llegué a mi casa, todo era igual y muy diferente al mismo tiempo, tal vez quedarme en Bretaña hubiera sido una mejor opción, tal vez mudarme a Francia sería lo mejor, pero aquí estaba, por última vez en mi habitación de siempre, 27 años, soltera, pero con una maestría. ¡Yahoo! Nótese el sarcasmo. ¿Porqué esto no se sentía bien? ¿Porqué no era correcto? Siempre quise continuar mis estudios y ser tan independiente como se pudiera, jamás pensé en depender de alguien más que no fuera yo y ahora, mi alma quemaba por contacto.
Me dirigí al panteón de Pérouges... El Paso era lento, mi respiración apenas audible, tenía miedo, pánico de lo que encontraría y ahí estaba, Chris... sentado con las piernas estiradas usando un pantalón de mezclilla y camisa de botones negra, una sonrisa se dibujaba en sus labios pero no llegaba a sus ojos, me acerqué, dejé algunas flores en la tumba de Andy y otras más en la tumba de Anette, logrando que Chris callara y me mirara.
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Catherine: In between
RomansSegundo libro de la serie "Catherinette" "La ira no es aliada de los débiles El rencor no sólo daña al que lo padece Los celos no te llevarán a ningún lado Los 25 de noviembre ya no celebrarás a Santa Catalina, Cat." Catherine Hut se mudo a Gran...