Capítulo Cinco.

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—Y

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—Y... ¿Como se supone que se juega a esto? —Todos los chicos del grupo lo miraron atónitos ¿lo decía de verdad? ¿O era una especia de broma?

—Estas bromeando ¿cierto? —preguntó Kiba, el chico más competitivo del grupo.

—Eh... No. —Naruto sonrió incómodo y se acomodo las hombreras que a decir verdad le pesaban un poco. El chico castaño cerró los ojos implorando paciencia y miró acusatoriamente a su entrenador.

—Entrenador Iruka, no se le ocurrió... No lo sé—. Se tomó de la barbilla, con falsa calma —¡¿Preguntar si sabía jugar antes de meterlo al equipo?!

El joven profesor se sobresalto y tomó a Naruto de la nuca para arrastrarlo fuera del círculo, donde se lo comerían vivo.

—¿Por qué no me dijiste que no sabías jugar? —Naruto se encogió de hombros, tomó su nuca con incomodidad.

—¿Lo siento? —Iruka suspiró pausadamente, todavía tenían veinte minutos antes de que comenzara el juego, era tiempo suficiente.

—¿Lo siento? —Iruka suspiró pausadamente, todavía tenían veinte minutos antes de que comenzara el juego, era tiempo suficiente

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—¡Idiota! ¡Y tramposo también!

—¡Tú eres un mal perdedor! Acéptalo, rubio, no puedes contra mí. —si no fuese por los brazos de Shino y Lee que lo sujetaban, Sasuke estaría tres metros bajo tierra. El partido no tan amistoso había finalizado, con la derrota del equipo Fuego, no entendía por qué Sasuke jugaba con los de la Tierra. Naruto se soltó bruscamente de los brazos que lo sostenían y tomó su casco que había tirado con furia minutos antes, algunos mechones de su cabello se le pegaban a la frente debido al sudor. Para sorpresa de todos él resultó ser un jugador excelente, tanto como su padre.

Pero muy impulsivo también.

Cuando Sasuke quiso derribarlo a Naruto se le cruzaron los cables, pensó que eso era trampa y gracias a su distracción le arrebataron el balón y el quipo contrario anoto el punto que desempato.

Con el casco bajo el brazo se acercó al pelinegro, que lo miraba con la respiración exaltada. Tocó su pecho con el dedo índice.

—Esto no quedará así, Uchiha. —estaban tan cerca que los demás jugadores no escuchaban nada.

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