Capítulo Siete.

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"—¿Mamá esto es real? —el niño subió su vista colmada de lágrimas a la única persona en la que confiaba, aquella mujer sintió tal nudo en su garganta que por minutos no dijo nada, no era apropiado llorar delante de su hijo

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"—¿Mamá esto es real? —el niño subió su vista colmada de lágrimas a la única persona en la que confiaba, aquella mujer sintió tal nudo en su garganta que por minutos no dijo nada, no era apropiado llorar delante de su hijo.

—Sí, mi amor, lo es.—susurró con la voz quebrada, acarició los rizos de su pequeño, la vida era muy injusta al hacerlo pasar por una situación así. Ni ella creía poder soportarlo. Era mucha tristeza para una persona.

Tenía miedo de ser consumida.

—No mamá, volverá. "

Sobresaltado se sentó en su cama y miró el reloj en la mesita de luz.

4:00 a. m.

De nuevo las pesadillas, hacía tiempo que no ocurrían. Se levantó de la cama para cambiarse la remera sudada. Procuro no hacer ningún ruido, no quería despertar a sus dos compañeros.

Aquel recuerdo lo tenía prisionero, atormentándolo, poniendo cosas en su cabeza que realmente no eran reales.

O eso quería creer.

Intentó calmar su respiración, quería ir a dar unas vueltas para tranquilizarse, confiaba en qué ningún directivo estaría despierto. Ni los prefectos.

Cerró la puerta con lentitud a su espalda y comenzó a caminar sin pensar en nada realmente. A veces extrañaba su infancia. Sin los momentos feos, esos sí que no.

Extrañaba los desayunos en familia o cuando su madre lo levantaba para ir a la escuela, nunca imagino que el podría llegar a extrañar aquello.

Paró en seco al ver una figura frente a la vidriera de trofeos. Se escondió en la esquina de un pasillo, con temor a ser descubierto, ese chico seguro era un prefecto o peor,

Un directivo.

Asomo su cabeza con suma delicadeza. Analizó mejor la figura. Y era él.

Sasuke.

Estaba parado frente a la repisa, con una mano sobre el cristal. Tenía la cabeza gacha, aunque seguramente no estaba llorando. Ese chico era demasiado...no sé, no se lo imaginaba llorando.

Sasuke giró la cabeza en su dirección y Naruto apresuró a esconderse, rezando para que no lo descubriera espiándolo. Había sido una mala idea salir de su dormitorio.

Cuando volvió a fijarse Sasuke ya no estaba, revisó a ambos lados y no sintió su presencia. Con cautela salió de su escondite y se acercó hacía donde había estado antes el moreno ¿que podría haber allí que lo angustiaba tanto? ¿Acaso quería que un trofeo con su nombre estuviera ahí? ¿Era debido a una meta o algo?

Escudriño cada trofeo e insignia que allí había pero no encontró nada fuera de lo normal. Giró su cuerpo dispuesto a marcharse cuando de reojo vio una pequeña copa dorada detrás de trofeos más grandes. Dobló su cuerpo en una posición incomoda para poder leer lo que tenía inscripto el premio.

Mikafu Uchiha.

24 de noviembre, 2018.

Tercer año.

¿Esa era la madre de Sasuke? ¿Por eso estaba triste?

Pero por la fecha del premio no podía ser su madre, era solo algunos años mayor que Sasuke.

Su hermana. Era la hermana de Sasuke. O una prima, quizás.

Ahora debería estar en quinto año.

Shikamaru no había mencionado nada de una hermana.

Se resigno a dejar esa duda allí, ya había tenido suficientes problemas por su curiosidad. Más tarde le preguntaría a Tenten o al mismo Shikamaru, a lo mejor se le había pasado por alto.

Volvió a su habitación con pasos delicados, para no llamar la atención. Abrió lentamente su puerta y una vez listo suspiró de alivio. Al final esa caminata para tranquilizarse no había causado más que problemas.

Se recostó en su cama y en menos minutos de los que esperaba ya estaba dormido.

"—¡¿Como pudiste?!—Naruto espiaba por el pequeño espacio entre el marcó y la puerta, desde allí solo podía ver a su madre con la cara roja por el llanto y a su padre deambulando por la habitación en círculos, aquella imagen le recordó a los dibujos animados, cuando un león caminaba en su jaula. —¡Prometiste no hacerlo de nuevo!

—¡Lo siento! ¡Perdón! Me equivoque ¿que más puedo hacer? —Kushina soltó un grito desgarrador, Naruto se exalto pero sin embargo siguió escuchando.

—¡Amarnos! ¡Eso tendrías que hacer! ¡Nos pusiste en peligro, de nuevo!

—No era mi intención, Kushina.

—¡Me importan una mierda tus intenciones! ¡Lo prometiste!—Naruto se sentía abrumado de sentimientos negativos, ver a su madre en aquella posición lo hizo tomar una decisión que llevaría a cabo toda su vida.

La de nunca romper una promesa, nunca retroceder a su palabra.

Mentir, causaba daño. "

El joven rubio se levantó de nuevo exaltado, solo que ahora el sol era visible a través de la cortina, con el dorso de su mano limpio el sudor que se acumulaba en su frente y con las manos temblando se libro de las sábanas que estaban pegadas a su cuerpo.

Aquello no eran pesadillas, eran recuerdos.

¿Cuantos años de secundaria son en su país?

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¿Cuantos años de secundaria son en su país?

Donde vivo yo (Argentina 🇦🇷 xdxd) son 5 de secundaria (depende la escuela también) y 7 en primaria (sin contar jardín y preescolar)

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