Naruto solo podía sentir el tacto de los labios de Sasuke y la habilidad con los que estos se movían ¿Dónde había adquirido tanta experiencia? ¿Él lo estaría haciendo bien también?
Con cuidado rompió el beso, ambos se miraron a los ojos, sin verdadero remordimiento, podía sentir el esfuerzo de su cuerpo por obtener más aire y aunque odiaba el ejercicio no le importaba perder el aliento si era de esa forma, colocó ambas manos en las mejillas de Sasuke y sonrió, más sincero que nunca, intentando trasmitir calma, nada había cambiado, ese contacto no arruinaría su amistad, nada malo pasaría.
Con su dedo índice aliso el ceño fruncido de Sasuke, quien lo miraba con preocupación, no lo entendía ¿Qué estaba mal? Nunca se había sentido tan a gusto, allí entre sus brazos, sintiendo las caricias que el moreno repartía en sus caderas.
Algo que se sentía tan bien no podía estar mal.
¿O sí?
Sasuke acercó sus labios al acanelado cuello, donde se refugiaba aquel olor a durazno tan adictivo, allí se entretuvo, rozando con la punta de la nariz toda la extensión y sintiéndose valiente al presionar suavemente sus labios, para grabarse el tacto a fuego en su mente. No quería olvidar nunca ese sentimiento, ese calor.
—Eres asqueroso, ya suelta ese bicho de mierda. —las voces venían del exterior, amortiguadas por la distancia.
—¿No te da curiosidad cómo respira? ¿Tendrá pulmones?
—¡Es una puta cucaracha, claro que no! ¿Q-que…? ¡No me la acerques! —Sasuke no tardo ni medio segundo en deducir que eran sus compañeros de cuarto, Shino, y Sai. Ambos estaban a un paso de abrir la puerta y descubrirlos. Afianzó su agarre sobre las caderas y lo deposito con poco cuidado en la cama, a paso apresurado se adentro en el baño, un instante después la puerta se abrió.
—Oh, hola Naruto. —ese era Sai, sin duda.
—Sai-kun, estas más pálido de lo normal.
—Agradécele al subnormal de Shino.
—¡Hey! —protesto mientras dejaba a el insecto en una jaula improvisada
—¿Y donde esta Sasuke?—el susodicho asomo su rostro a través de la puerta, cuidando no ser visto.
Shino se encontraba en el escritorio, de espaldas, muy probablemente con su nueva adquisición y Sai estaba sentado al lado de Naruto, observándolo muy de cerca para su gustó.
—Eh… —rasco su nuca con incomodidad—Creo que tenia algo que hacer, hablaba sobre unos patos. — Sasuke rodó los ojos, él era el obsesivo con esos pájaros de mierda.
—¿Patos?
—Sí, no lo sé, ya sabes, Sasuke es Sasuke.
—Sí.—sonriendo Sai negó con la cabeza. —Sasuke es Sasuke.
Decidió que era muy arriesgado estar espiando cuando supuestamente debería estar con los patos así que cerró la puerta y se recargo en esta, esperaría hasta que ambos se fueran para poder salir y discutir lo que sea que haya pasado con Naruto.
Lo que esperaba que fuese pronto, no le gustaba estar en el baño.
¿Cuánto había pasado?
¿Media hora?
¿Una hora?
Con vagancia se levantó del frío suelo, sacudió sus pantalones y se asomó nuevamente por la puerta, ya no estaban esos dos.
Salió sin cuidado y se dirigió a su cama. Una vez allí diviso un bulto en estas, con cuidado destapó a la persona y descubrió a un pacifico Naruto. Allí durmiendo entre las sábanas.
—Oh, ya volviste. ¿Algo nuevo para contar? —Sai miraba la escena con diversión, era extraño ver a su frío compañero con un rostro tan expresivo.
—No, ¿hace mucho está aquí? —preguntó señalando al rubio en su cama.
—No lo se, hace un rato estaba despierto. En fin, me iré a la sala común, ¿quieres que te traiga algo?
—No, esta bien. —Sai asintió y se marchó de allí dejándolo solo de nuevo.
Y allí estaba, parado frente a un dormido Naruto, ciertamente él también estaba cansado, no habría ningún problema si relajaba la espalda solo algunos segundos. Con cuidado se coloco debajo de las sábanas al lado de su amigo, pasando casi sin darse cuenta el brazo por su cintura, el leve aroma que emanaba de la nuca de Naruto logró relajarlo por completo, dejándolo dormido en cuestión de segundos.
*Fin del flashback *
Holaaa!
Ayy que va a pasar después del beso 7u7
Espero que estén bien.Un beso 7w7 🇦🇷❤️
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La Noche Infinita
FanfictionNaruto es un joven hiperactivo, que por cuestiones "sin sentido" se ve obligado a pasar sus años de preparatoria en un internado, un internado a las afueras de la ciudad, encerrado con miles de adolecentes hormonales. Aquello era la perdición para n...