Capítulo Diecinueve.

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Un viento gélido levanto todos los bellos de su cuerpo, se obligó a resguardarse aun más en aquella fuente de calor, pero por más a gusto que estuviese ya se había despertado

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Un viento gélido levanto todos los bellos de su cuerpo, se obligó a resguardarse aun más en aquella fuente de calor, pero por más a gusto que estuviese ya se había despertado. Hacia arriba estaba el sol en el horizonte, recién despertando un nuevo día.

Ya no tan dormido abrazo más a Sasuke contra él, sentía frío, mucho frío, refugio su nariz colorada en el cuello del azabache donde el leve olor a ¿chocolate? Le hizo olvidarse de los espasmos, podía sentir la respiración acompasada de Sasuke, y su barbilla sobre sus rubios cabellos, sin olvidar el brazo que lo apresaba por la cintura.

Después de aquella noche ambos estaban muy cansados como para volver a los dormitorios, así que solo terminaron por recostarse y hablar hasta que uno de los dos se durmiera. Ya no le incomodaba levantar tan acaramelado con su amigo, era algo así como una ¿costumbre? Después de la borrachera nada inferior a un beso era bochornoso, por eso un abrazo era igual de inocente que una sonrisa.

Sasuke al sentir al rubio temblar entre sus brazos afianzó el agarre y tironeo de la frazada.

Con razón Naruto tenia tanto frío, ni siquiera estaba tapado, en la noche había pataleado tanto que la colcha había terminado sobre el ya seco pasto. Cuando el rubio sintió la tela sobre su cuerpo se relajo por completo.

Ya no sentía el más mínimo frío. Y disfrutaba del contacto con su amigo.

Era genial que tuvieran esa confianza, no dormiría así ni con Tenten, que era su otra amiga.

No tardo mucho en volver a dormirse, después de todo aún le quedaban un par de horas antes de tener que volver a los dormitorios, pero algo en su mente lo hizo sentarse de golpe. Despertando a un molesto azabache.

—¿Eres estúpido o lo que le sigue? —refunfuño Sasuke y volvió a arroparse con las frazadas que el rubio había desordenado —. Vuelve a acostarte, Dobe.

—¡Sasuke, hoy está el partido! —gritó y comenzó a zarandearlo por el hombro— Antes de las clases hay entrenamiento... ¡Como en diez minutos!

—Como si a mi me importara una mierda el partido de hoy.

—Bien, no vayas, así se me hace más fácil ganarte —. esas palabras lograron el efecto deseado en Sasuke, quien se sentó y observo al rubio con los ojos achinados.

—Te recuerdo que la última vez perdieron —sonrió con autosuficiencia —. Bastardo.

—Eso fue pura suerte—.palmeo el muslo del azabache y se levantó, aspirando el fresco aire matutino, después de estirar sus músculos le arrebato la frazada a Sasuke, quien había comenzado a dormirse nuevamente.

Ambos en silencio se dirigieron a sus habitaciones, era una suerte que quedarán una al lado de la otra.

Naruto cerró la puerta tras sus espaldas y soltó un largo suspiro.

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