Capítulo Treinta Y Cuatro.

91 16 2
                                    

El sol se colaba por la ventana, iluminando con sus pequeños rayos los párpados cerrados de Sasuke, las largas y espesas pestañas negras le hacían sombra en los pómulos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol se colaba por la ventana, iluminando con sus pequeños rayos los párpados cerrados de Sasuke, las largas y espesas pestañas negras le hacían sombra en los pómulos.

Al fin Naruto había logrado sacárselo de encima, puesto que cuando despertó tenía al azabache pegado, su cabeza le presionaba el pecho y con las piernas le tendía una trampa mortal.

Tenía ganas de pellizcarle los cachetes por lo tierno que se veía, pero sabía que si hacía eso Sasuke no despertaría con ese humor tan lindo del que gozaba.

Nótese el sarcasmo.

Se conformó con besar su frente, por un segundo la luz se reflejo en su collar plateado, la pequeña media luna parecía sonreírle desde abajo.

Con ánimos renovados abandonó la habitación, mientras bajaba las escaleras distinguió piernas y brazos todo acumulado en el sofá, eran Rock Lee y Karin, pero no se lograba distinguir donde empezaba uno y terminaba el otro.

En la alfombra hecha un ovillo estaba Tenten, Naruto tomó un frazada del respaldar del sillón y la arropó lo mejor que pudo.

Siguió su camino a la cocina, donde su madre ya se encontraba entre las ollas, el olor a panqueques flotaba en el aire.

-Hola, Mamá-saludó Naruto y besó su mejilla-. Feliz navidad.

-Buen día bebé, feliz navidad a ti también-Kushina sonrió, maternal y cálida-. ¿Cómo dormiste?

Naruto agradeció estar de espaldas, así su madre no podía ver el fuerte sonrojo de sus mejillas.

-M-muy bien-río nerviosamente-. Ya sabes-rascó su nuca, al fin dándose la vuelta y enfrentado la mirada confundida de su progenitora-. Sábanas y esas cosas de... Camas.

Kushina elevó una de sus coloradas y finas cejas. Vaya gente extraña que eran los adolescentes.

-Sí, creo tener noción de cómo está conformada una cama, cariño-rió alegremente-. Pero yo creo que dormiste tan bien por la compañía de Sasuke-kun-. se encogió de hombros.

Si antes Naruto estaba rosita ahora parecía una caldera a punto de explotar.

-¡M-mamá!-. el rubio miró hacia cualquier lugar donde no estuviera la mirada pícara de su madre.

-No lo negaste-señaló Kushina volviendo a su lugar-. ¿Es momento de tener "La charla"?

-Oh Dios, por favor no-Naruto negó con espanto-. Sé todo lo que hay que saber, no te preocupes.

-Sí claro, eso mismo dije yo.

-¡Oye!

La pelirroja volvió a reír. Era una mañana soleada, extraño por esas fechas, faltaban algunos minutos para que dieran las 12:00 P. M pero aún así ella quería que todos tuvieran un desayuno adecuado, nada de saltarse comidas en Navidad.

La Noche InfinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora