Isabelle no supo que decir ante aquella pregunta, hacía tan solo unos minutos Francis había entrado a su habitación y ahora William le estaba preguntando algo que no tenía nada que ver con lo que estaba sucediendo.
—¿Porque la pregunta? — aún se sentía mareada pero debía saber que era lo que pasaba.
—¡Responde! — se sentía frustrado y aunque sabía que debía controlarse, el imaginarse a ellos juntos le hacía ver las cosas de otra manera.
Isabelle guardó silencio, no sabía que responder, se suponía que la prioridad estaba en buscar a ese hombre y ahora su esposo estaba preguntando algo que ella no deseaba contestar, no debía contestar por qué era algo que William no quisiera escuchar y seguramente la odiaria por ello.
—¡Por Dios Isabelle habla! — sus miradas se cruzaron pero Isabelle no respondió —¿Dime qué Francis miente, dime qué no tuviste nada que ver con Carlos?
—¿Que?
Sentía que el aire le faltaba, ahora entendía todo, pero... Como continuar una relación basada en engaños, además, ahora se debía a su marido, ¡Santo cielo, por qué todo se volvía complicado!
Y si callaba, Carlos seguramente no diría nada, era fácil negar las cosas pero... Y si alguien más los había visto juntos. La servidumbre había sido prudente al no decir que ella visito varias veces la mansión Neville junto con Carlos, pero, ¿los demás callarían? El capitán del barco, el médico... Estaba acorralada, fácil era decir que si sabía lo de Emma, pero el beso, ese beso ¿como ocultarlo? Si bien para ella Carlos era un gran amigo, ese beso significó mucho y era algo que atesoraria siempre.
—No es verdad ¿Cierto? — Dolía, El cielo sabía cuánto le estaba doliendo, no quería desconfiar de ella, pero la palabra de un hombre siempre pesaba más, lamentablemente todos los hombres habían sido criados bajo este argumento.
Por inercia Isabelle se abrazo a su vientre y trato de respirar profundo, las náuseas habían vuelto aunque con menos intensidad, quizás fuera por los nervios o no, pero sentía que debía estar en paz, empezar todo nuevamente, está vez sin mentiras por ninguno de los dos lados, aunque quizás fuera rechazada por tercera vez tenía que intentarlo.
—Lord Waterford fue a mi casa para pedirme que me casará con usted...
—¡Ese bastardo, le dije a mi abogado que no le dijera a nadie!
Isabelle no perdió su serenidad, debía contarle a William su verdad y no tenía tiempo de doblegarse.
—Ese bastardo, me contó tu situación económica, además de la gravedad médica de Lady Neville, al principio me negué, pensé que era una treta tuya para adquirir la herencia, así que fui directamente a la mansión a corroborarlo con mis propios ojos y efectivamente la salud de tu hermana estaba muy deteriorada... — el solo recordar lo cansada y débil que Emma estaba le hacía alegrarse al tomar la decisión correcta — al verla, yo misma preparé todo para que partiera, hablé con el médico, el capitán del barco, maneje la servidumbre de esta casa — ahora entendía porque el personal antiguo le atendía muy bien — y hable con el abogado.
—¿Tu sola hiciste eso? — se sorprendía aún más, nadie en su lugar lo hubiese hecho —¿Porque?
_Porque no podía dejar que una niña sufriera por los errores de un hombre inmaduro, y no, no lo hize sola, Lord Waterford siempre estuvo acompañándome.
Debió suponerlo, Carlos hizo lo que él no.
—¿Por qué no me dijiste todo desde el principio?
—No podía hacerte las cosas fáciles.
—Isabelle, yo...
—Las cosas fueron tomando otro color, Lord Waterford se portó conmigo como ningún otro, quizás por eso mis sentimientos se confundieron y... Nos besamos el día de la fiesta, lo siento William, esa es mi verdad.
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Un Destino Prometido (Serie Nobles Desamores I)
Historical FictionIsabelle Chaney es una joven de 20 años que quedo perdidamente enamorada de un apuesto hombre, a quien, cinco años atrás, en un baile de máscaras le dio su primer beso y del que no volvió a saber nunca más, debido a eso y a que guarda las esperanza...