Varios disparos volvieron a los dos hombres a la realidad, por unos segundos se habían olvidado por completo de donde y en que condiciones estaban.
Antes de William reaccionar violentamente con el hombre frente a él, un dolor agudo lo doblegó.
—Si te mueves, te mato — amenazó Francis a Lord Berry y dirigió su mirada a William que se retorcía del dolor junto a Isabelle —¿Creiste que la alejarias de mí? A ella no la tendrás ¡Ella es mía!
—Estas demente
—¡Tu te callas! — grito Francis a Lord Berry —O acabo antes contigo.
—Como diga caballero — la ironía no paso desapercibida por parte de Francis, pero prefirió no seguir su juego, en momentos llegaría el cerdo Tom y acabarían de una vez por todas con ese circo.
—Francis termina ya con todo ésto ¿Que conseguirás con una mujer que no te ama? — el dolor impedía que William pudiera hablar bien, sus palabras sonaban más como quejidos.
—Me amará, lo hará cuando estés muerto — su sonrisa y mirada maquiavélica mostraban que ese hombre no estaba en sus cabales.
Antes que Francis descargará el resto de la carga del arma sobre William un disparo sonó, segundos después una mancha en su pecho llenó de sangre su fino traje.
Lord Berry era conocido también por no fallar en sus tiros, pero está vez un novato en el uso de las armas fue más rápido que él.
Carlos con la boca reventada y cardenales en su máximo color, cayó arrodillado y aliviado al ver a Francis tendido en suelo sin rastro de vida.
—¿Que haría sin tí? — La mirada de agradecimiento de William fue más que gratificante para Carlos, pero ahora primaba la salud de la pareja. Isabelle que aunque con signos de vida, no daba indicios de reaccionar y la herida de William no dejaba de sangrar.
—Nada... No harías nada.
—Bueno, el carruaje donde venía ese adefecio debe estar aún en la casa, apresuremonos.
Lord Berry llevo en brazos a Isabelle ya que él era el que mejor condición tenía, Carlos ayudó a William a sostenerse para volver al carruaje.
—¡William! ¡William! — Carlos gritaba a su amigo y a la vez apuraba a Lord Berry para que se apresurara.
¡Rayos no! Isabelle no reaccionaba y ahora William había perdido el conocimiento por la perdida de sangre ¿Porqué estaba sucediendo eso?
Los minutos a bordo del carruaje fueron cruciales para William, había durado más de una hora de camino y aproximadamente quince minutos inconsciente, al llegar al pueblo más cercano fueron directo al hospital. Algo que quizás debió tranquilizarlos un poco, los preocuparon más; el centro de salud estaba incluso más deteriorado que el pueblo en sí, sus paredes viejas y agrietadas no daban ninguna confianza a los enfermos, la enfermera que los atendió al llegar, pasaba la edad requerida, sus pasos y acciones eran en demasía lentos para la emergencia que estaba viendo.
—¿De casualidad hay un doctor aquí? — Preguntó rapido y con un enojo guardado por la negligencia de la mujer.
—¡Oh si! Ya viene
La mujer entro al consultorio e indico que colocarán al hombre en una camilla a un extremo de la habitación.
—A ella la atenderé yo — dijo la mujer con una tranquilidad que fastidiaba.
—¿El doctor demora? ¡Mi amigo se está muriendo!
La mujer levantó la vista a Carlos y sonrió —No demora — dicho esto, la enfermera continúo su camino, Lord Berry con su sepulcral silencio solo observaba con algo de ira e impaciencia.
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Un Destino Prometido (Serie Nobles Desamores I)
Historical FictionIsabelle Chaney es una joven de 20 años que quedo perdidamente enamorada de un apuesto hombre, a quien, cinco años atrás, en un baile de máscaras le dio su primer beso y del que no volvió a saber nunca más, debido a eso y a que guarda las esperanza...