- CAPITULO 47 -

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Ni los gritos de súplicas evitaron que su señora tomara la yegua y saliera rumbo a la casa de Carlos, Isabelle sabía que si no actuaba rápido podían salir heridos, o quizás con alguno muerto, ese maldito de Francis solo había aparecido para arruinarle la vida a William y de paso a los que estaban cerca de él, no sabía con que fin, pero debía evitar a toda costa una calamidad.

En estos momentos ser mujer no valía de nada, pero debía al menos intentarlo. Al tomar la curva por una calle algo tierrosa que acortaba el camino a casa de Carlos, la bestia freno en seco haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de espaldas al suelo. Tenía tanta prisa que miro al hombre con evidente irá y no se contuvo en gritarle, eso no era de mujeres decentes, pero no había nadie más que la juzgará, además la culpa era de ese nada agraciado hombre.

—¡Mira por dónde vas infeliz! No puedes estar metiéndote frente a otro de esa manera — Isabelle se sentía adolorida pero primero estaba buscar de su testarudo esposo —Vamos hermosa, ya pasó.

Isabelle trato de calmar a la bestia en vano, ya que estaba muy inquieta sin aparente razón.

—Me temo que no irá a ninguna parte Milady — con una sonrisa sádica en su rostro, el hombre le cubrió la boca con un pañuelo para que no gritara pero el poco aire que recibía hizo que perdiera nuevamente la razón.

William por otro lado esperaba encontrar a Carlos y darle su merecido, tenía tanta irá que incluso podría enfrentarse a duelo, pero no soportaria que su hermanita lo odiaria de por vida, ese engendro, quizás había sido mejor hermano que él. Carlos de lejos la había cuidado y apoyado incluso en sus clases de arte cuando su padre se había negado y él a escondidas le ayudaba. No, no podía retarlo a un duelo, pero si podía partirle la cara por meterse con Isabelle, aunque como culparlo de que se enamorara de una dulce joven como lo era su esposa, su amor desinteresado por los demás era uno de sus más preciados valores.

—¡Abre la puerta Browning! — la gruesa puerta de madera no se inmutaba por los fuertes golpes recibidos, pero para William eso no le impedía seguir gritando con furia. — ¡Te lo advierto, sal de ahí!

Los minutos pasaban y no había señal de que alguien estuviera en la casa, tenía que encontrarlo antes que su ira pasará, ya que muy de seguro sería muy indulgente si esperaba más tiempo, iría a casa de sus padres, de seguro estaría allí.

Recordó haber dejado a Isabelle sola en la mansión y prefirió primero embarcarla a Surrey, luego se las entendería con el canalla de su amigo, ¿Que amigo? Con el infeliz que quizo quitarle a su esposa.

Se montó en su caballo y dió marcha hacia la casa, pero, un animal algo conocido lo desvío de su camino, la bestia se veía inquieta y hasta asustada, de lejos no lograba ver el escudo de su montura, pero podía jurar que era la yegua de su hermana, ya que en Londres solo habían cuatro caballos de raza árabe y uno de ellos era el de Emma.

Se acercó a paso lento para no alterarlo más, y efectivamente era la yegua de su hermana, se le hizo extraño pero quizás se le había escapado al mozo de cuadra, de por sí, el animal era bastante obstinado cuando quería.

Tomo de su rienda y lo llevo hasta la mansión, encontrar al animal lo había retrasado bastante, con el al pie debía ir a un paso más lento para no tener ningún accidente, en esta época del año Londres se saturaba y era caótico algunas veces lograr andar sin tropezar con alguien e ir con dos animales podría ser casi un suicidio.

La mansión brillaba de lejos, los árboles y el jardín principal llenaban de vitalidad su hogar, la chimenea humeaba anunciando que pronto sería hora de almorzar. Debía dejar el animal en la caballeriza y reprender al causante de ese descuido, luego iría en busca de su esposa a la habitación para decirle que la acompañaría a Surrey. Aunque le hubiese dicho que la enviaría sola no se sentía capaz de abandonarla, al fin y al cabo fue por culpa de él, que todo esté enrredo paso. Luego se las arreglaría con Carlos.

Un Destino Prometido (Serie Nobles Desamores I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora