—Siento haberme demorado, no volverá a pasar— dijo William en voz alta entrando en la sala principal —Hermosa que...La voz de William quedo apagada al ver un hermoso y gran cuadro recostado junto a la pared, el papel rasgado en la alfombra y una carta en manos de Isabelle lo hizo comprender de parte de quién provenía dicho obsequio.
Isabelle miro a William con su habitual sonrisa y extendió la carta hasta él.
—No, se que este cuadro es un obsequio para los dos, pero la carta es solo para tí — Isabelle bajo el rostro y dobló la carta —Carlos no se tomaría la molestia de escribirme a menos que fuera algo delicado
La sonrisa de William derritió sin duda el corazón de ella, ahora sabía que tenía a un gran amigo y un excelente esposo, que aunque con algunas diferencias, el siempre estaba dispuesto a doblegarse por ella.
—Vamos tarde hermosa — dentro de poco seria el enlace de Christine y ella quería ser la primera en verla.
—Si, felizmente tarde...
Los dos salieron del salón abrazados, mientras dos sirvientes colocaban un gran cuadro familiar sobre la chimenea. Nada reflejaba mejor su amor que ese maravilloso obsequio, no sabía cuánto había tardado, menos lo que había sufrido al pintarlo, pero estaba segura que por medio de el, les deseaba un buen matrimonio.
Mas tranquilos por haber tenido noticias de Carlos, los duques de Windsor partieron para acompañar a Christine en su enlace con Lord Berry.
Luego de la recepción irían a Surrey, había pasado ya varias semanas y solo se habían comunicado a través de misivas, Isabelle quería ver a su padre, era la primera vez que estaba lejos de él por más de tres semanas, además debían de contarle la buena nueva, ya que William quería ser quien le informará al marqués la maravillosa noticia.
Por obvias razones la luna de miel había quedado aplazada, Isabelle permaneció en cama por más de un mes y con la más estricta vigilancia, ya que era el mismo William quien se encargaba de ella y hasta que el doctor no dió la orden de poderse levantar, Isabelle debió acatar con cierto pesar.
"Hasta después del parto no habra luna de miel" con estás palabras William dejo clara su postura haciendo que Isabelle sonriera y recibiera muchos mimos.
Al llegar a la mansión nuevamente, el cuadro ya estaba ubicado donde habían ordenado. Nada más encantador que ver sobre la chimenea, sus figuras delicadamente pintadas; ella y William tomados de la mano mirándose fijamente, sin duda Carlos podía transmitir un mágico sentimiento a través de sus pinturas.
—Hermosa, iré a la habitación — William dió un beso en la frente antes de salir del salón —Te espero
Isabelle asintió y abrió el cajón donde había depositado la carta.
Duquesa de Windsor
Un gran título para una gran mujer.
Recuerdo la primera vez que bailamos juntos y me preguntaste sobre mis habilidades, bueno aquí tienes la respuesta, dicen que lo mejor siempre se deja para el final, por eso espero que este pequeño presente sirva como regalo de bodas, ya que no di alguno en su debido momento.
Espero poder transmitir por medio de el, mis más profundos sentimientos, recuerda que siempre podrás contar conmigo, siempre estaré para tí.
Con gran amor me despido y espero sea de gran agrado mi presente a los duques de Windsor.
C. B
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Un Destino Prometido (Serie Nobles Desamores I)
HistoryczneIsabelle Chaney es una joven de 20 años que quedo perdidamente enamorada de un apuesto hombre, a quien, cinco años atrás, en un baile de máscaras le dio su primer beso y del que no volvió a saber nunca más, debido a eso y a que guarda las esperanza...