Isabelle había pasado toda la noche junto a su esposo, aunque el doctor le insistió para que se acostara, ella se rehusó quedándose junto a la camilla dónde descansaba él.
La fiebre no había menguado durante la noche y en ocasiones William había llegado a desvariar pronunciando en cada uno de sus delirios el nombre de Isabelle.
Carlos por otra parte había dormido toda la noche gracias a ese merjunje que la enfermera le había dado; aunque al principio se molestó, termino por agradecer a la enfermera, ya que quizás esa era la única forma en la que él podía descansar sin pensar que a Isabelle o a William les sucediera algo.
El peligro había pasado y con Francis muerto no había razón de que él no descansara.
Luego de la puesta de sol, Lord Berry llego con traje militar y aspecto cansado, había durado la tarde y parte de la noche llevando hasta la base militar a los hombres que participaron en el secuestro de Isabelle, además de pasar el informe de lo sucedido.
—¡Lord Berry! — dijo sorprendida al verlo hablando con Carlos tan complicemente.
—Isa... Lady Isabelle, con lo sucedió omití un importante detalle, gracias a Daniel logramos encontrarte.
Isabelle quedó más que agradecida con lo que Lord Berry había hecho por ella, sin la ayuda de él, en estos momentos quizás ella no estaría junto a su esposo y con su bebe a salvó.
—Lord Waterford, me permite unos minutos — Carlos vio la mirada preocupada de Lord Berry y se excuso con Isabelle para alejarse y poder hablar tranquilamente con él.
—¿Qué sucedió?
—Ni el cerdo Tom, ni Holland... — este último fué el que le apunto a Carlos y también era quién manejaba carruaje. —Estaban muertos, tan solo estaban mal heridos e inconscientes.
—Al menos dos muertos menos en mi conciencia, pero... ¿Pagarán por su crimen cierto?
—El cerdo Tom será enviado a la horca al finalizar el día, al parecer estaba siendo buscado por varios condados, Holland en cambio será llevado al calabozo por varios años.
Con lo que Daniel le había contado a Carlos su conciencia quedaba más tranquila, por el momento no le diría a Isabelle los nuevos acontecimientos, eso seria agregarle una carga mas a ella y no se perdonaría que le pasara algo a su hijo por su imprudencia, por ello también Lord Berry no diría nada.
La mañana había pasado muy lenta para todos, la fiebre que duro toda la noche y pensaron que cesaría durante el día se intensificó aún mas, Isabelle no quiso ir a ningún hotel a descansar por mas que Carlos y el doctor le aconsejaron, ella entendía la gravedad de su estado pero también quería pasar todo el tiempo que su cuerpo soportara con su esposo, las esperanzas que el doctor le daba eran muy pocas y por ello no quería estar lejos de él.
Al final de la tarde ya cansada Isabelle, decidió dormir un poco pero en el mismo hospital, la fiebre había bajado un poco y eso sosegó los ánimos de ella. Carlos estuvo al pendiente de William mientras ella descansaba, por fortuna, pasada la media noche la fiebre ceso completamente.
—Por fin bajo la fiebre — dijo la enfermera al doctor que preparaba mas infusiones antibióticas
—Le di dosis muy altas, gracias a eso y a las curaciones, la infección en la herida no causo mayores daños
—La señora a dormido bastante ¿La despierto para que se alimente un poco?
—No, déjela descansar, necesita dormir más que comer, usted tambien descanse, yo me quedare a cuidarlo junto al caballero
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Un Destino Prometido (Serie Nobles Desamores I)
Ficción históricaIsabelle Chaney es una joven de 20 años que quedo perdidamente enamorada de un apuesto hombre, a quien, cinco años atrás, en un baile de máscaras le dio su primer beso y del que no volvió a saber nunca más, debido a eso y a que guarda las esperanza...