Chino ; Wos

Trece.

~.Trece.~

Tres meses después.

Nunca imaginé lo que significaba esas sensaciones que sentía por Valentín, desde el momento en que me di cuenta de que él me gustaba un poquito, todas mis emociones se descontrolaron, a tal punto de que no sabía ni siquiera como actuar adelante de él.

¿Sentía algo fuerte? Si, lo sentía.

Pero aquel segundo día, en que lo vi tocar su música en el Luna Parck, repleto de gente y que cantaran a coro sus temas con él sonriendo y los ojitos brillosos, algo mas se encendió adentro mio, mi corazón latía fuerte, con tanta fiereza que tuve que llevar mi mano a mi pecho para comprobar de que esto sea cierto.

Valentín y su magia hacía que todos los pelitos de mi nuca se erizarán, y que la sensación en mi pecho vaya creciendo cada vez más por él, no por Wos, sino por Valentín Oliva, por lo que en verdad era afuera de un escenario.

Pero mis sentimientos no valían en nada después de todo, andaba en algo con Ángela y yo no podía hacer nada, solo sentir esa presión en el pecho de querer llorar cuando los veía juntos. Como ahora, que después de su show bajó directo a estar con sus amigos.

Me acerqué lento y con las manos temblando, llena de nerviosismo, tragué saliva y levanté mi mano para picar su hombro así llamaba su atención, entonces sus ojos azules se conectaron con los mios y mi cuerpo se hizo chiquito.

Sonrió.

— Felicidades Valen.—Hablé intentando que mi voz no salga temblorosa, él sonrió mucho más y me tomó de la cintura para darne un fuerte abrazo.

Pasé mis manos por su cuello y me colgué de él, temblando entré sus brazos.

— E-estuviste hermoso, me encantó todo lo que hiciste ahí arriba y toda tu magia.—Hablé con la voz distorsionada por tener mis labios pegados a su cuello.

Mi corazón latía rápido, sus brazos me seguían sosteniendo fuerte y era mi única descarga a tierra en este momento.

Se quedó un rato callado, oliendo lentamente mi perfume y bajando su nariz por mi cuello y parte de mi nuca.

Temblé.

— Reina, estas temblando.—Me susurró, y mi corazón fue todavía más rápido.

— Loco, que vos hayas dado un show para diez mil personas y estes tranqui no significa que yo no este temblando.—Hablé intentando disimular todo lo que en este momento en verdad le pasaba a mi cuerpo.

Y solo tenía un nombre, Valentín Oliva.

— Es lo que provoco chiqui.—Me susurró algo divertido, me reí nerviosa y cuando creí que era momento, me separé de su cuerpo cálido.—Les vuelo la tanga a todas, y al Ribba le vuelo el boxer.—Bromeó señalando con su cabeza a Daniel, que estaba sentado mientras una chabona se lo re comía.

Y si, era verdad, ¿Como negarlo?

— Le volas la nariz con el olor a perro que traes.—Hablé arrugando mi nariz, subió las cejas y abrió la boca indignado.—O a bolas, no sé lo que es eso.

Subió un brazo y se olió él solo mientras negaba la cabeza.

— Es olor a arte y talento.—Habló haciéndose el canchero, me reí y mordí mi labio.

Él me quedó mirando con ojitos brillosos, seguramente le quedaba la sensación en su cuerpo, de haberse subido al escenario y cantar todos sus bellos temas.

— Te esperé ayer, te busqué en todas partes después del Luna.—Habló mordiendo el interior de su labio, tomó mis mejillas y se agachó un poco para verme mejor a los ojos.