Chino ; Wos

Veintiocho.

~.Veintiocho.~

Parte 2.

— ¿Y?—Preguntó Valentín sonriendome, saboreé su puré y cerré los ojos disfrutando del sabor no tan malo que tenía, me sorprendió bastante lo rico que estaba, al menos no tenia grumos y eso ya era un gran pasó para el zopenco de Valentín.

— Eu, soy Anton Ego probando el Ratatouille.—Dije divertida devolviéndole la cuchara de madera, largó una risotada y asintió con la cabeza pasando su lengua también.

— Te dije, esta en mi sangre hacer puré.—Sonrió intentando guiñar el ojo y yo reí.—Si no era cantante iba a ser purecero.

— ¿Purecero? ¿Qué es eso Valentín?—Largue entre risas y empujones de brazos, sonrió y se agachó a mi altura para dejar un besito corto en mis labios.

— Hacer un puré muy bien, ser chef experto en puré.—Explicó girando los ojos como si fuera lo mas obvio en el mundo, largue una carcajada y negué con la cabeza, me quedó mirando con ojitos lindos, así, con una sonrisita y lleno de luz.

— ¿Qué miras?—Le hice una seña con la mano y él sonrió más.

— Me disfrazaría de puré para hacerte reír, porque verte feliz es hermoso.—Su tono dulce hizo algo en mi cuerpo, y mis mejillas ardieron, que lindo era sentirse así, me gustaría sentir esto para siempre.

— Terminaste siendo un dulce de mierda.—Dije tomando sus mejillas, él tenía la olla llena de puré en una mano y en la otra el cucharón así que no me podía agarrar muy bien, pero yo lo único que quería era darle un beso.

Me puse de puntitas y toqué sus labios con los mios, despacito, un tacto suave y tierno, que me hacía sentir millones de cosas, se acercó más, haciendo mucho más presión sobre mi boca, sentía su lengua tibia chocar con la mía y eso lograba erizarme completamente.

— ¿Vas a hacer las salchichas?—Pregunté cortando el beso, se le había caído la cuchara al piso y nunca me di cuenta de eso, ahora su mano izquierda estaba en mi cintura baja, sus ojos seguían cerrados.—¿Las hago yo?—Pregunté sonriendo.

— No, deja hacerme a mi las cosas.—Habló abriendo sus ojos al fin.—Desconstruite flaca.—Dijo en broma haciéndome reír.—Yo hago las salchichas, vos poné la mesa.

Asentí con la cabeza y fui al comedor para poner un plato para él y otro para mi, puse los cubiertos y los vasos, era increíble andar con una sonrisa ahora siendo que una hora antes estaba medio bajón, pero ese era Valentín y su magia hermosa.

Aunque a la vez algo dolorosa, solo a veces, solo esta vez, como eso que yo sabía.

Agarré mi celular entrando a galería para ver las fotos que le había sacado porque andaba usando un delantal y se lo había ensuciado todo solamente haciendo puré, salía hermoso en todas, con su pelo rubio despeinado y revuelto, sus ojos brillosos, la sonrisita tierna y la cabeza ladeada para el costado.

La subí a estados de whattsap, porque ahí solo tenía amigos y familia, no había ningún fan de él.

— ¿Pusiste la mesa?—Preguntó medio gritando para que lo escuché, miré hacía la cocina y me estaba espiando por el marco que había para conectar la sala y la cocina.