~.Treinta y uno.~
Nunca fue mi fuerte hacerme la dura, aparentar que todo estaba bien, nunca se me dio bien eso de intentar retener las lágrimas cuando sentía que todo me estaba ahogando, el corazón roto y ese sentimientos de decepción por haber perdido a alguien que genuinamente quise, y capaz que hasta más.
Por eso después de esa noche en la que Valentín se fue de mi departamento confirmando esas palabras, lloré por mas de dos días seguidos, lloré y me desahogue. Me sentía mal, triste, ya no sabía nada, si era mi culpa por no escucharlo, si había estado bien con lo que dije, si todo lo que pasó se podía arreglar, estaba en el borde.
Pensando en caer por fin, o quedarme y seguir de pie, esperando a Valentín.
Claramente, caí.
Ese día que empecé otra vez la facultad de medicina, me sentía débil, cómo todos esos días que venían siendo una gama de colored grises y negros aunque salga el sol, porque para mi no se sentía cálido, para el resto si. Estuve toda la clase ida, fuera de lugar, lejos de Victoria que se había sentado en la otra punta del aula sin soltar el celular.
Y mis dudas e inquietudes llegaron, ¿Valentín era el que hacía vibrar su celular cada quince minutos? ¿Él seguía su relación con ella? ¿Lo perdí realmente?
¿O nos perdimos?
Mis ojos se llenaron de lágrimas, las apreté enseguida, hoy no iba a dejar que me vean llorar, porque todo iba a ser peor, saqué mi celular fijándome si tenía algún mensaje de Valentín.
Nada.
Entré a su chat, fijándome en la última conversación que tuvimos, era uno de esos mensajes cursis con una mezcla de diversión que siempre mandaba él. Estaba en línea. Y me pregunté, ¿Perdía algo con intentar...
No. Yo no iba a ir a sus brazos otra vez, él lo dejó en claro, no éramos nada, yo lo dejé en claro, no fuimos nada.
El nudo en mi garganta duró toda la hora, porque dos cristales azules estuvieron rondando por mi cabeza todo el día. Cuando al fin fue hora de salir, guardé todos los apuntes en mi mochila y salí antes que todos. Aun así caminé a pasos lentos, sintiendo vacío mi interior, me temblaba levemente el cuerpo, las manos y mi nariz daba pequeños pinchazos.
Pero un latido fuerte sonó por todo mi pecho cuando salí de la universidad, me quedé parada en medio de la puerta, un hilo de esperanza colgó de mi corazón, Valentín se encontraba parado en medio del camino, mirando para adelante y... fue imposible, mi corazón estalló en felicidad, él me había buscado.
Caminé a pasos lentos hasta su cuerpo, me miró con un brillo extraño en los ojos, y quise llorar, ir corriendo hasta sus brazos y decirle que me perdone, que íbamos a hablar, que sí era alguien muy importante en mi vida.
Y sentí esa calidez en mi pecho.
— ¡Ay Valentín viniste!—Una voz gritona se escuchó atrás mio, y me tensé al reconocerla, Victoria pasó por mi lado corriendo hasta Valentín y se le colgó.
Y de nuevo cayó ese pedazo de esperanza, ese calor que había sentido cuando lo vi fue apagado por un balde lleno de frías lágrimas, me tembló el labio, mi cuerpo de sintió igual, o peor, que la primera vez que lloré adelante de él. Me miró, vi en sus ojos que quiso decirme algo, que quiso hablar.

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Chino ; Wos
Fanfiction❝No te calentes con los pobres chinos, flaca.❞ · Queda totalmente prohibida la copia completa o parcial de esta novela, todos los derechos reservados.