Veinticuatro.

9.7K 848 253
                                    

~.Veinticuatro.~

¿Qué hacemos?—Preguntó Valen ni bien llegamos a mi casa, largue un bostezo y acomode mi pelo.—¿Tenés sueño?—Habló acercándose hasta mi y acariciando mis mejillas, asentí con la cabeza y me apoyé en su pecho, sintiendo enseguida sus brazos rodear mi espalda.—Te llevo a la cama.—Dijo alzandome upa y haciendo que ría.

— No Valen, me voy a bañar.—Hablé mirándolo, subió las cejas haciendo un puchero y yo reí.—Vos tendrías que hacer lo mismo.—Le piqué la nariz y él hizo una mueca.

— ¿Me puedo bañar con vos?—Preguntó sonriendo, negué con la cabeza pellizcando sus mejillas y dejé un beso en su nariz.—Los dos, desnudos.

— No Valentín.—Solté con las mejillas calientes, soltó un bufido y me dejó en el piso pero sin separarse, entrecerró los ojos.—No me mires así.

— Algún día vas a caer en mis dulces encantos.—Habló acercándose más a mi, tragué saliva mirando sus labios y una sonrisa picarona se formó en su cara.—Ya caíste en uno.—Subió las cejas, me puse colorada e intenté girar mi vista para que no me vea, pero tomó mi mentón y rió.—Ay mi amor no te pongas roja que te como.

— Uy callate Valentín, sucio. Me voy a bañar.—Me separé rápido para no seguir pasando vergüenza y casi que corrí hasta la ducha, largue un suspiro entrando y dejé que la lluvia de la ducha se encargue de esparcir mis pensamientos.

Valentín Oliva y su estúpida sonrisa, sus labios, su personalidad... él. ¿A quién carajos no enamoraría? Me tiene muerta, y me da miedo que sea un juego, o solo por un corto tiempo como con Ángela, que después aparezca alguien mejor y se vaya atrás de esa persona.

No quería eso, pero me costaba mucho pensar en que Valentín pueda quedarse conmigo, osea, es un pan y re tierno, pero tiene a banda de chabonas y eso me deja re insegura. Igual quién podría sentirse linda con Valentín al lado, nadie creo yo.

Largue un suspiro y mojé mi cara, cuando ya estaba limpia salí envolviéndome con una toalla, miré para todos lados y vi que la tele de la cocina estaba prendida, mirando una serie en Netflix y todas las luces prendidas, pendejo de mierda después me llega la luz re cara.

— ¡Apaga las luces Valentín!—Grité yendome a la pieza, escuché un grito de susto y me reí.

— ¡Juno, ¿Puedo bañarme?!—Gritó él ahora, sonreí sacando la cabeza por la puerta y lo miré parado en el pasillo, hice que se me caía una lágrimas y asentí llorando en broma.

— P-por favor... bañarte p-por favor.—Hablé, largó una risa y giró los ojos, se sacó la remera y me la tiró en la cara.—Bua un olor a chivo.

— Dramática del culo, veni a olerme de cerca, ni olorcito tengo.

— Ni ahí.—Hice una mueca y cerré la puerta entrando con su remera en mano, la olí con toda la desconfianza del mundo y me sorprendí al no sentir olor, solo su perfume.

Me puse un pantalón corto de algodón y arriba su remera sin el corpiño porque alto dolor dormir con corpiño, me peine y dejé que se me seque el pelo, agarré mi celular revisando y respondiendo algunos mensajes, hasta que me llegó uno de Victoria, una chica con la que iba a la facu y amiga.

«Ju ya volví de mi viajeeee, nos juntamos mañana?»

Sonreí contenta y presione el botón del audio.

— Hola Vic, ¿Todo bien? Dale boluda de una, te re extrañaba ya, avisame cuando y en donde y ahí te cai...—Y antes de seguir hablando la voz de Valentín gritando del otro lado de la puerta se escuchó.

Chino ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora