Chino ; Wos

Diez.

~.Diez.~

— ¿Y por qué tendrías que estar celoso vos? Además soltame, no tengo ganas de estar jodiendo, me quiero ir.—Hablé en un tono enojado, mirándolo mal, quería pegarle una piña en la cara por mirarme con esos ojos azules que me ponían débil.

Me quedó mirando y después de un ratito asintió con la cabeza, se ve que no quería decirme nada, prefería quedarse callado antes de decir otra cosa y yo enojarme más, sacó sus manos de mi cintura y me dejó un poco de distancia, no podía enojarme con él, era tan bueno que me daba pena, pero seguía enojada por haberme abandonado.

Y también porqué se había chapado a Ángela y la chabona ni siquiera me saludó cuando entró.

— Bueno, te acompaño.—Habló bajito, giré los ojos y negué con la cabeza, no quería que este cerca mio, al menos hoy, acomode mi pelo y empecé a caminar mientras ponía las manos en mi bolsillo, hacía frío y estaban cayendo algunas gotitas de agua.

Lo único que me faltaba, que se largue a llover y que el pelotudo de Valentín me este siguiendo.

— No me sigas, no quiero Valentín.—Hablé sin girarme, cerré cansada mis ojos cuando vi que se ganó a mi costado y largue un suspiro.

— Juno, no voy a dejar que vayas sola, dejame acompañarte hasta tu casa al menos y después si no querés que entre me voy a mi casa.—Habló despacio, con su tono de voz tranquilizador, haciéndome asentir con la cabeza por cansancio.—, sólo, a mi casa.—Agregó mirándome con ojitos de perro.

Dios, estaba consiguiendo que me de pena, no lo quería mirar, sus ojos de perrito mojado bajo la lluvia me partía.

— Ah mira.—Solté sin darle mucha bola, largue un suspiro y con toda la pesadez del mundo empecé a caminar mas rápido, tanteando mi bolsillo y sacando un pucho para fumar así me relajaba un poco, era una horrible costumbre que había agarrado, pero no la podía dejar.

Sentía los ojos azules de Valentín en mi cara, y me intimidaba un poco, no quería que me mire de esa forma, me hacía desalinear mis chacras.

— Entonces... ¿Tadeo?—Preguntó después de muchos minutos, largue un suspiro y cerré los ojos, entonces a eso quería llegar, pase una de mis manos por mi cara cuando sentí que se mojaba un poco por las gotas de la lluvia que se venía y mordí con fuerza mis labios.

— No te importa Valentín.—Dije intentando sonar lo más calmada posible, ni siquiera lo miré cuando dije eso, odiaba mirar su cara y querer llenarlo de besos.

Odiaba ser vulnerable a su cara de pito Dios.

— No obvio, pero nunca me dijiste... onda q-que mm, no sé, yo creí que vos...—Dejó de tartamudear y se quedó callado cuando puse mis ojos en los de él, mientras pateaba una piedrita.

— ¿Vos creiste...—Hablé para que siga hablando, haciendo una seña con mi mano, me quedó mirando un ratito y después negó bajando la cabeza.

Que no me venga a decir algo cursi después de chaparse a Ángela porque me lo chapo yo también, ah nada que ver.

— Nada, deja.—Murmuró rascando su nuca, mordí mi labio y suspire, mirando como paraba de caminar y me di cuenta de que habíamos llegado a mi edificio, miré un ratito al cielo cuando empezó a llover un poco, pero se veía que en menos diez minutos se iba a largar a llover.