Chino ; Wos

Treinta y cinco

~.Treinta y cinco.~

Valentín.

El timbre de mi casa sonó por todo el lugar, mi mamá me miró subiendo una ceja y antes de que yo pueda pararme, ella se paró primero y salió corriendo hasta la puerta, soltando una risa que sonó como malvada, me paré rápido de la silla y corrí empujándola de lado, casi tirándola al piso.

- ¡Maia no!-Grité enojado cuando se trepó por mi espalda intentando frenarme para abrir ella.-Ma no, basta.-Me quejé con las mejillas rojas.

- Ay Valentín, déjame abrir y conocer a Juno, vamos a hablar.

- Es una amiga ma, anda que la atiendo yo.-Me quejé casi haciendo un berrinche, tiroñe mis pelos, apoyé mi espalda en la puerta y abrí mis brazos así no intentaba abrirla.

- ¿No era una cita?-Preguntó subiendo las cejas y picandome la cara con su dedo índice, me queje pegándole un manotazo.-Valentín...-Me retó frunciendo las cejas, largue un quejido y la tomé por la espalda empezando a empujarla hasta la cocina.-¡Más te vale no encerrarme acá pende...

- Chau.-La corté cerrando la puerta de la cocina con llave, escuché su reto y sonreí corriendo para abrirle a Juno.

No sé como o porque se me pasó por la cabeza invitarla a que conozca a mi familia, fue sin pensarlo, se lo dije y me arrepentí al instante de haber soltado esas palabras, iba a decirle que mejor no, pero cuando vi sus ojitos brillar no pude, y acá estaba, abriendo la puerta para que Juno conozca a mi mamá y a mi papá, los dos una manga de desquiciados.

Yo no sé que puede salir de esto.

Quedar como el culo yo puede ser, que mi família quede como el culo es obvio, o que todos quedemos como el culo puede ser mas obvio todavía. Limpié el sudor de mis manos en mi pantalón y suspire antes de abrir la puerta.

- Hola Juno.-Sonreí viendo su carita linda, un destello de luz brillaba en sus ojos y sabía que era por la misma emoción, quería tirarme a sus labios a besarla, apretarla contra mi pecho y oler todo su perfume.

Mi corazón se volvía loco por Juno.

Yo me volvía loco.

- Hola Valen.-Sonrió acercándose a mi y poniéndose de puntitas para dejar un besito en mi frente, largue un suspiro cerrando los ojos y dejé caer mi cabeza en su hombro. Abrazando su cintura.

- Perdón por abrir tarde, es que tuve un problema con mi mamá.-Murmure sin dejar que se separe de mi, me agache un poco para poder encajar mejor en el huequito de su hombro y cuello.

La extrañaba un montón, todos los días, las tardes y las noches. Desde que había pasado todo eso con Victrola, el apodo que le había puesto el Depa, ella y yo no nos veíamos muy seguido como antes, era solamente una vez a la semana o a veces dos, y desde entonces había estado entrando en leves focos de nerviosismos, que pasaban cuando la veía y volvían cuando se iba, porque no notaba ningún interés de parte de ella.

Y eso me mataba.

Ningún interés de volver a ser lo que éramos, la remé mucho, todos los días la remaba, pero ya me dolían los brazos y no se cuanto pueda seguir remandola hasta darme por vencido y que la angustia y el llanto me sobrepasen.

- Traje facturas.-Interrumpió el abrazo, separándose de mi y mostrándome la bolsa que tenía en la mano, intenté ignorar la presión en el pecho que me genero su acción.

- ¿Medialunas?-Pregunté sonriendo, ocultando esa punzada que siempre venía cuando me rechazaba de esa forma sutil.

- Sabes que sí.