Cap 3

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NARRA KIERNAN

—¿Kiernan qué pasa? —Me dijo Frank sacándome de mis pensamientos.

—Nada. —Respondí cortante.

—Gavin ya debería estar comiendo de tus manos.

—Creo que esta vez no resultará.

—¿De que estas hablando?

—Es un chico diferente a todos los demás. Hice lo que me pediste comencé a seguirlo en instagram.

—También te pedí que hicieras conversación con él, que consiguieras su número, una cita o tener sexo.

—Intente lo último y de eso me di cuenta que él es diferente.

—No me dirás que te enamoraras.

—No.

—No podemos echar a perder este plan por tus sentimientos de niña tonta.

—Bien Frank, prometo concentrarme en lo que queremos.

—Más te vale.

—Nos vemos iré a buscarlo.

—Esa es la Kiernan qué me agrada. —Mi jefe me guiño el ojo y yo luego salí de su departamento.

Llegué al apartamento de Gavin con una botella de vino y unos panquesillos, tengo la esperanza de pasar un buen momento con él. De pronto me dio la necesidad de conocerlo de verdad, de darme por primera vez una oportunidad, aunque temo a que se enteré de lo que pasa por mi vida y termine todo en un caos.

—Hola. —Me mira con sorpresa.

—Hola. —Salude tímida.

—Pasa, siento que este todo un desastre pero fue un día largo de trabajo y no pude venir a ordenar.

—No te preocupes.

—Gav, me voy, adiós Kiernan. —Dijo un rubio qué salía de algún espacio de este lugar.

—Adiós Ross. —Dijo Gavin, hice lo mismo.

Nos quedamos un buen rato en silencio hasta que lo rompió.

—¿Así que me buscaste en instagram? —Dijo sirviendo las copas de vino.

—Así es, veo que eres figura publica.

—Si. De verdad agradezco al cielo qué me este llendo bien. —Me extendió la copa.

—¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?—Pregunte tomando un trago de vino.

—Poder tener el privilegio de tomar la vida de otras personas, de dejar de ser tu mismo para ser alguien más.

—Impresionante.

—Es una sensación única, siempre me ha gustado eso. ¿Tú en que trabajas?

—Soy recepcionista en un aeropuerto, la mitad de tiempo y la otra...

—Eso esta muy bien. —Me interrumpe y es momento de pensar dos veces si contarle o no.

—La otra mitad de mi tiempo la dedico para mi. —Acabo de terminar la frase que parece absurda pero el no lo nota.

—A veces yo quisiera tener tiempo para mi, pero la mayoría es para el trabajo, hay días que ni siquiera duermo, grabaciones y más grabaciones.

—Suena estresante y cansado.

—Aveces pero me gusta. —Reímos.

Seguimos hablando de cosas triviales me dijo que él y Ross se conocieron hace como dos años pero se han vuelto inseparables y pareciera que se conocen de toda la vida. Este momento me hace sentir única, me comienzo a sentir bien con su compañía y con su gran alegre sentido del humor.

—Creo que me tengo que ir. —Dije.

—¿Quieres que te lleve?

—No esta bien, tomaré el bus.

—Bien.

—Adiós. —Dije y le di un beso en la mejilla, salí y enseguida de este acto cerro la puerta.

—¡Oye Kiernan! —Se escuchó cuando di algunos pasos en dirección al ascensor.

—¿Qué pasa Gavin?

—Me preguntaba si lo que sea que fue este momento ¿Quisieras repetir?

—Si.

—¿Tenemos una cita entonces?

—Como le pongas título, si quieres que sea una cita, lo será entonces.

—Ok, nos vemos luego, por cierto te doy mi número para ver cuando.

—Está bien, adiós.

—Adiós.

Él se fue a su apartamento y yo al ascensor.

Tomando y perdiendo el control Donde viven las historias. Descúbrelo ahora